Compartir coche: La vía intermedia entre el transporte público y el coche privado, que soluciona la contaminación, los atascos de tráfico y los problemas de aparcamiento en la ciudad.

El coche compartido entre el transporte público y el privado

Comparando las nuevas plataformas tecnológicas para compartir coche. ¿Es mejor Uber, BlablaCar o DedoCar?

 

Tradicionalmente, el transporte público ha sido colectivo, y por tanto más eficiente y barato.
Pero las rutas preestablecidas no se adaptan bien a las necesidades de todos los viajeros y para algunas personas, utilizar el transporte público en sus recorridos de cada día por la gran ciudad, les supondría perder demasiado tiempo.

 

En el otro extremo, la flexibilidad del coche privado la entendíamos como para un uso exclusivamente individual; y que cada coche (que suele ser de cinco plazas) lleve una sola persona, resulta poco eficiente y mucho más caro.
Sin embargo, ir en coche particular suele ser la solución elegida por muchos, frente a las dificultades que encuentran en el transporte público (como tardar una hora en llegar al trabajo, con la incomodidad de ir encadenando sucesivamente varios autobuses o trenes).

El resultado es que, en hora punta, hay demasiados coches que llevan solo a su conductor, tirando el dinero y creando graves problemas de tráfico, aparcamiento, gasto de energía y contaminación.

 

Si queremos resolver los problemas de desplazamiento de la mayoría de los ciudadanos, hemos de dejar de lado propuestas nostálgicas (como que todo el mundo vaya andando, o en bicicleta). Esto hubiera servido para los tamaños que tenían las ciudades hace dos siglos, pero no para nuestras grandes metrópolis del siglo XXI, donde las zonas residenciales están muy apartadas de los centros de negocios y de las zonas industriales, donde la gente tiene su puesto de trabajo.

 

Hoy en día, surgen nuevas soluciones para aumentar la eficiencia del transporte. La tecnología ha hecho surgir plataformas que nos permiten compartir coche.

 

Aprovechar los coches particulares para llevar pasajeros supone una cierta “colectivización” de los vehículos. Es una vía intermedia entre el transporte público y el privado, que puede reunir las ventajas de ambos mundos: La flexibilidad del coche particular y la eficiencia y el ahorro del transporte público.

 

Los primeros modelos para compartir coche, optaron por dos enfoques muy diferentes: el de Uber y el de BlablaCar.

 

  • Uber-Pop es una plataforma para que quienes están en paro emulen el servicio de taxi, utilizando sus propios coches para ganarse la vida, yendo a recoger y entregar pasajeros por toda la ciudad.
  • BlablaCar es una plataforma para compartir gastos de viaje, aprovechando los asientos libres que se iban a desperdiciar, cuando un conductor tenía que ir a otra ciudad viajando solo en su coche.

 

Estas diferentes visiones de cómo compartir un coche, suponen distintas ventajas:

 

  • Uber-pop, en la práctica no pasa de competir con el servicio de taxi tradicional, ofreciendo precios ligeramente más bajos a los clientes, probablemente a costa de eludir el pago de ciertas tasas, o de explotar a sus conductores (que tienen peores condiciones laborales que los taxistas tradicionales, o que ni siquiera se consideran trabajadores de la plataforma). A pesar de disminuir las tarifas, pocas personas pueden permitirse ir al trabajo cada día en uno de esos “taxis”, ni tampoco habría suficientes para llevar a todos en hora punta.
  • El modelo de BlablaCar tiene ventajas evidentes: Al compartir un solo coche entre varias personas, tanto el conductor que ofrece sus asientos libres, como los pasajeros que lleva, consiguen un ahorro considerable de sus gastos de viaje. La pena es que BlablaCar organiza solamente viajes interurbanos, que son esporádicos. Tampoco sirve para moverse cada día por la ciudad.

 

Ni el modelo de Uber, ni el de Blablacar, resuelven los problemas de la ciudad (contaminación del aire, atascos de tráfico, problemas de espacio para aparcamiento), que están relacionados con las necesidades de transporte de millones de personas en hora punta.

 

Y, sin embargo, en los coches que circulan por una ciudad del tamaño de Madrid, se desperdician más de cuatro millones de asientos libres al día. Y la mayoría de ellos se podrían aprovechar en hora punta, justo cuando más problemas de transporte sufren los ciudadanos, con el transporte público saturado, y las calles y carreteras colapsadas por el tráfico de cientos de miles de coches que llevan solo al conductor.

 

Se da la paradoja de que seis de cada diez españoles estarían dispuestos a compartir coche cada día para ahorrar.

 

Entonces ¿Por qué no estamos aprovechando esos asientos libres?
Nos falta coordinación:

  • El pasajero, no sabe qué coche le puede llevar al trabajo.
  • Y el conductor que quiere compartir sus asientos libres, no sabe quién va en su misma dirección.

 

Las nuevas plataformas tecnológicas deberían evolucionar sus modelos de negocio y centrarse en facilitar que millones de personas puedan compartir sus viajes en coche. Sobre todo dos veces al día: para ir al trabajo y de vuelta a casa.

 

Por eso, DedoCar.org, está desarrollando una nueva app de auto-stop urbano. Con esta app, cada uno ya no necesita ir al trabajo en su propio coche, sino que cientos de miles de ciudadanos pueden aprovechar los asientos libres de los coches que circulan por la ciudad, para ahorrar hasta el 75% de sus gastos de transporte.

 

La app DedoCar pone muy fácil compartir viajes en coche, porque pasajero y conductor tan solo tienen que aceptar al compañero de viaje que la app les propone en cada momento. Sin tener que llamarse por teléfono con antelación, para negociar ni reservar.
La plataforma va descubriendo sobre la marcha quienes tienen trayectos compatibles, y el coche va recogiendo pasajeros a lo largo de toda la ruta del conductor. También se encarga de dividir equitativamente los costes de cada trayecto compartido, entre todas las personas que van juntas:

Cuantas más personas comparten el viaje en coche, más barato le sale a cada una de ellas, da igual que vayan de pasajeros o de conductor.

 

El objetivo es que decenas de miles de personas dejen de mover su coche cada día, para ahorrar dinero, no tener problemas para aparcar y recuperar parte del tiempo que perdían en congestiones de tráfico. Adicionalmente, se logrará ahorrar energía y reducir la contaminación del aire que respiramos en la ciudad.

 

En cada viaje típico al trabajo de 20 kilómetros, basta con que el conductor llene la mitad de sus asientos libres, para retirar del tráfico dos coches y ahorrar 27 Kilómetros de recorrido, 2 litros de combustible y 4 Kilogramos de CO2. Compartiendo así el 10% de los coches que circulan por Madrid, se dejarían de emitir directamente 185.000 Toneladas de CO2 al año.

Pero la reducción de contaminación podría ser todavía mayor, si el número de vehículos de los pasajeros que dejan de circular, consigue acabar con los atascos de tráfico en hora punta. Porque los coches atrapados en ellos están contaminando un 80% más de lo normal.

Sin hablar de las vueltas que dejan de dar, buscando sitio para aparcar.

 

¿Quieres ahorrar y solucionar los problemas de tu ciudad?

¡Apúntate a compartir tus viajes al trabajo con DedoCar!

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Tres efectos de compartir coche para ahorrar, que reducen la contaminación.

Compartir esos asientos libres que lleva tu coche mientras vas al trabajo, además de ahorrarte bastantes gastos, puede reducir la contaminación del aire, por tres motivos:

  • Circulan menos coches.
  • No dan vueltas buscando aparcamiento.
  • Y se acaban los atascos de tráfico.

 

Veamos como nos beneficia compartir los viajes:

 

1.  Mover menos coches

En los coches que circulan por una ciudad como Madrid, estamos desperdiciando cuatro millones de asientos libres al día; porque actualmente cuatro de cada cinco coches solo llevan al conductor.

 

En vez de tirar el dinero conduciendo cada uno el suyo, buena parte de estos viajeros podrían ir al trabajo aprovechando las plazas vacantes de los coches que van en su misma dirección.

Cada coche compartido puede llevar de uno a cuatro pasajeros, que se reparten los gastos del viaje con el conductor.

 

Viajando así, los que van de pasajeros dejan de mover sus coches, y estos ya no contaminan nada. Esto resulta mucho más económico, eficiente y sostenible, pudiendo ahorrar hasta el 75% de los gastos, de la energía y de las emisiones contaminantes.

 

2.  Aparcar más fácilmente

Se estima que el 30% del tráfico de Nueva York está formado por coches que dan vueltas buscando un sitio para aparcar.

 

La segunda consecuencia de compartir los viajes en coche es que, al llegar a su destino, solamente uno de los viajeros (el conductor) necesita una plaza de aparcamiento, y ahora encontrará libres las plazas que antes ocupaban los coches de sus pasajeros.

 

Los conductores de este menor número de coches compartidos, ya no tendrán que dar vueltas en busca de aparcamiento, y el tiempo y los kilómetros que ahorran también ayudan a reducir la contaminación.

 

3.  Eliminar los atascos de tráfico

En los atascos de tráfico, tú tardas tres o cuatro veces más, y tu coche contamina un 80% más, al tener que hacer continuas arrancadas y paradas, y utilizar la primera velocidad o marchas cortas.

Las congestiones de tráfico se producen en hora punta, cuando hay un pico en el volumen del tráfico porque muchas personas tienen que ir a la vez al trabajo o de vuelta a casa (y pretenden ir cada una en un coche). En esos momentos, el número de vehículos que intentan circular es mayor de lo que admiten las vías de circulación. Una vez que se alcanza el punto de saturación de la vía, el tráfico se colapsa y, paradójicamente, en esas circunstancias pueden circular muchos menos coches de los que caben normalmente. Una vez formado el atasco, hasta que no pasa bastante tiempo después del pico de tráfico, no se normaliza la situación, y las calles y carreteras no vuelven ser capaces de “tragar” el número de vehículos para el que se diseñaron.

 

La tercera consecuencia (pero no la menor) de compartir los viajes y transportar más personas en menos coches, es que no se alcanzará el punto de saturación de las vías de circulación. Todos los que antes aguantaban el atasco de la hora punta (cada uno metido en su propio coche), ahora disfrutarán del tráfico fluido que es normal en otros momentos.

 

Los trabajadores ahorrarán tiempo de desplazamiento y los efectos sobre la reducción de la contaminación serán muy grandes, puesto que todos los vehículos en circulación (y no solo los coches compartidos) podrán mantener una velocidad normal utilizando marchas largas, y dejarán de contaminar ese 80% adicional debido a los atascos.

 

La diferencia entre compartir viaje y compartir coche

 

Nótese que los efectos beneficiosos que mencionamos, se basan en compartir unos viajes que íbamos a hacer en nuestro coche de todos modos para, en vez de desperdiciar varios asientos libres en cada recorrido, que los aprovechen otras personas que van en la misma dirección.

Así pues, las ventajas vienen de “compartir viaje” y no de lo que algunos llaman “compartir coche.

 

Actualmente están de moda los servicios de ciertas empresas tecnológicas que te alquilan un coche por horas, ya sea con o sin conductor.

Estas empresas explican unas supuestas ventajas de lo que ellas llaman “compartir coche”; cuando en realidad su modelo de negocio se basa en prestar un servicio de taxi, o en alquilar su flota de coches. Este denominado carsharing en realidad no quita contaminación, ni reduce tantos problemas en la ciudad como pretenden hacernos creer, porque cada uno de estos “coches compartidos” sigue llevando varios asientos libres y un solo viajero en cada recorrido, y lo más que consigue son beneficios para estas empresas.

 

Los beneficios que hemos mencionado antes, solamente los conseguís cuando varias personas vais juntas, porque compartís un mismo viaje del coche y aprovecháis unos asientos libres que se iban a desperdiciar.

A esto lo podemos llamar carpooling, ridesharing o simplemente compartir viajes, y se basa en el espíritu de la economía colaborativa para beneficiar a la gente.

Puede quedar más claro con unos ejemplos: Uber dice que “comparte coches”, mientras que BlablaCar son personas que comparten sus viajes en un solo coche.

 

Seis de cada diez españoles compartirían coche a diario para ahorrar (pero no conocen a alguien que vaya en su misma dirección).

 

BlablaCar ya pone de acuerdo a varias personas que tienen que ir a otra localidad en una misma fecha, para que viajen juntas en el mismo coche y ahorren gastos.

Pero BlablaCar no nos sirve para compartir nuestros recorridos cotidianos. En la ciudad necesitamos algo más ágil, que nos ayude cada día a compartir coche para ir al trabajo y volver a casa. Estos nuestros recorridos más frecuentes, en los que la mayoría tenemos dificultades, en los que nos gastamos casi tanto dinero como en alimentación, y en los que más contaminación del aire podríamos evitar.

 

Por eso, en DedoCar.org hemos creado una aplicación de smartphone que dice al pasajero cuál es el primer coche que pasa y le puede llevar; y que avisa al conductor de donde están los pasajeros que van en su misma dirección y están dispuestos a compartir los gastos del viaje.

La app trabaja en tiempo real (sin reserva ni compromiso previo) y permite ir llenando los asientos libres del coche durante todo el recorrido previsto por el conductor, a la vez que va dividiendo automáticamente los gastos del viaje, entre cuantos más van juntos, mejor para todos.

 

Resumen:
Tengamos en cuenta la gran diferencia entre ir cada uno en su propio coche (o transportar individualmente un viajero después de otro, en sucesivos recorridos de un taxi o de un coche de alquiler), y que varias personas compartan simultáneamente un mismo viaje del coche de uno de ellos, que es una forma mucho más eficiente de moverse por la ciudad.
Aprovechar los asientos libres del coche para llevar varios viajeros a la vez, durante un recorrido que tienes que hacer de todos modos, no solo ahorra, sino que reduce (y mucho) la contaminación; porque se suman tres efectos beneficiosos: Llevar más personas con menos viajes; Tener que aparcar menos coches; Y eliminar los atascos de tráfico, en los que los coches consumen y contaminan un 80% más.

 

¡Apúntate a DedoCar si quieres una app para compartir tus viajes al trabajo! (como pasajero o como conductor)

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