La tendencia es que vamos a necesitar más el coche en la ciudad, porque cada vez tendremos el trabajo más lejos de casa.
Por tres motivos:
- Cada vez más gente vivirá en ciudades, con lo que estas serán cada vez más grandes, aumentando las distancias de nuestros desplazamientos cotidianos.
- Cualquier empresa (grande o pequeña) que encuentra el metro cuadrado de oficina o nave industrial más barato en las afueras, no duda en trasladarse (incluso fuera del límite de la provincia); pasando a sus empleados la patata caliente del desplazamiento cotidiano al centro de trabajo.
- Cada vez menos gente se puede permitir pagar la hipoteca o el alquiler en el centro de la ciudad, y se desplaza a vivir a la periferia (y, no se por qué, normalmente acaba teniendo su vivienda en el extremo opuesto de la ciudad de donde tiene el puesto de trabajo).
Este aumento de las distancias hace que, para la mayoría de trabajadores, resulte imposible ir andando, casi heroico ir en bicicleta y que pierdan demasiado tiempo encadenando varios medios de transporte público (que ya no resulta tan conveniente como para moverse por el centro, o en ciudades más pequeñas).
Muchos solo pueden ir en coche
El resultado es que, a cada vez más empleados “no les queda más remedio” que ir en coche al trabajo, convirtiéndose en esclavos de coger el coche cada día, sufriendo cada vez más atascos de tráfico, más problemas de aparcamiento en el trabajo, y respirando aire más contaminado por las emisiones de sus propios vehículos.
La maldita hora punta
Para empeorar las cosas (como estamos sujetos a horarios de entrada y salida muy similares), la mayoría de nuestros desplazamientos al trabajo (y de vuelta a casa), se producen casi a la vez, concentrados en las horas punta.
Los atascos de tráfico habituales, ocurren cuando cientos de miles de trabajadores moviéndose a la vez, superan la capacidad de las calles y carreteras.
En estos atascos, no solo perdemos 3 o 4 veces más tiempo del necesario en llegar, sino que cada vehículo atrapado en ellos contamina un 80% más de lo normal.
No es un panorama muy halagüeño ¿verdad?
¿Hay algo que podamos hacer para mitigar estos problemas?
Para nuestros políticos (y los expertos que los asesoran), lo fácil es culpar al coche de todos nuestros males, y decir a los demás que no vayan en coche.
Y lo peor es que los políticos habitualmente hablan mediante leyes, que desgraciadamente consisten en prohibir circular o aparcar, dificultando la movilidad de las personas que les votan.
Es muy socorrido etiquetar los coches, y pasar el muerto al ciudadano, obligándole a cambiar de coche, y haciéndole tirar el suyo y comprar uno que emita un poquito menos (de lo que se alegran infinitamente los fabricantes).
Pero no salvarás el mundo cambiando de coche,
Porque fabricar un coche nuevo consume recursos naturales y contamina como circular 60.000 Km en él.
Se nos olvida que es mucho más eficaz aumentar la ocupación del coche, y aprovechar bien el que ya tenemos, que enviarlo a la chatarra.
Cualquier coche (incluso el más viejo de los diésel), cuando lleva dos personas, contamina la mitad que si van cada una en el suyo. Cambiando de coche no lo consigues. Ni aunque el nuevo sea eléctrico, porque esto solo significa que el tubo de escape esta en otro sitio (en la central que genera la electricidad).
La solución no va por ahí.
Normalmente a los políticos les resulta fácil dictar leyes, pero no son capaces de ofrecer a los ciudadanos nuevas alternativas que sean más eficientes y sostenibles.
¿Necesitan que les recordemos que la bicicleta era la propuesta a los trabajadores en la China comunista de la época de Mao, y que el Metro ya cumplió 100 años?
Los tiempos, la tecnología y la sociedad han cambiado:
Ahora todos llevamos un smartphone en el bolsillo, y está surgiendo la economía colaborativa (en la que las personas comparten el uso y aprovechan mejor sus bienes infrautilizados).
Para encontrar verdaderas soluciones, tenemos que analizar a fondo la situación, y usar la tecnología para transformar nuestros peores problemas, en las mayores oportunidades de mejora.
Cuando analizamos bien lo que pasa, nos damos cuenta de que lo malo no es que muchos dependamos de ir en coche, sino que actualmente ESTAMOS YENDO CADA UNO EN SU PROPIO COCHE, desperdiciando cuatro asientos libres en cada viaje, y moviendo muchos más coches de los necesarios.
Lo malo no es ir en coche, sino ir cada uno en el suyo.
La ocupación media en Madrid está entre 1,1 y 1,2 personas por coche. Y más de un millón de viajes al día, yendo cada uno en su propio coche, significa que desperdiciamos más de cuatro millones de asientos libres. (Hay más asientos libres desperdiciados en los coches, que personas moviéndose en Metro y autobús juntos, que suman 3,5 millones).
En el problema está la oportunidad
Pero veamos este enorme despilfarro, como un valiosísimo recurso de plazas de transporte que podemos aprovechar.
Y además son gratis, porque ahora se están desperdiciando.
Si la mayoría de nuestros desplazamientos son de casa al trabajo, y se producen todos a la vez…
¿Por qué no dejamos de ir cada uno solo en el suyo, y vamos juntos en menos coches, compartiendo los asientos libres durante nuestros viajes al trabajo?
¿Acaso no es eso lo que quiere la gente?
Todas las encuestas (Real Automóvil Club de Cataluña, Rastreator,…) coinciden en indicar que:
“Seis de cada diez españoles compartirían coche a diario para ahorrar”.
Sabemos que ir cada uno en su coche nos sale caro y nos causa muchos problemas, pero hasta ahora no nos quedaba más remedio porque, aunque seamos cientos de miles yendo al trabajo a la vez, NO SABÍAMOS QUIÉN MÁS VA EN NUESTRA MISMA DIRECCIÓN, para poder compartir viaje con él.
Nos hace falta una app.
Lo que necesitamos para mitigar nuestros problemas, es una aplicación de móvil que nos presente a las personas con las que podemos compartir coche en nuestros viajes al trabajo.
Una app diseñada para compartir nuestros desplazamientos cotidianos, y con la que no hace falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez, porque ayuda al conductor a ir recogiendo por el camino a los pasajeros que van en su misma dirección.
Las ventajas de compartir coche al trabajo son enormes:
En el momento en que un pasajero comparte coche con el conductor, ambos se ahorran la mitad de lo que gastaban antes, yendo cada uno en el suyo. Pero pueden dividir los gastos todavía mas, entre tres, cuatro o hasta cinco, si consiguen llenar el coche. ¡Cuantos más van juntos, mejor para todos!
Cuando los trabajadores puedan utilizar la app para compartir coche, podremos subir la ocupación a una media de 2 personas por coche (no es descabellado, teniendo en cuenta que la mayoría son de 5 plazas).
Así, moveremos la mitad de coches, tendremos la mitad de problemas de aparcamiento en el trabajo, evitaremos provocar los actuales atascos de la hora punta, y reduciremos la contaminación a menos de la mitad, porque se sumarán varios efectos beneficiosos:
- Llevar la misma gente en la mitad de coches, significa que la otra mitad ya no se mueven, y pasan a contaminar cero.
- Llevando al trabajo la mitad de coches, sobran plazas de aparcamiento, y ya no tendremos que dar vueltas buscando un sitio donde estacionar, lo que también ahorra energía y emisiones.
- No solo los coches compartidos, sino también todos los demás, se libran de contaminar ese 80% adicional del atasco de tráfico.
Lo has explicado perfecto, Martín. Espero que mucha gente pueda leer el artículo y tomar conciencia de esta solución, que es lógica, transparente y clara.
Pero debes añadir que, para poder implantar esta App y hacer que funcione, hace falta un tamaño crítico de usuarios, que permita conseguir siempre alguien en tu ruta, a cualquier hora. Ese es el verdadero handicap, y por eso cualquier interesado debería inscribirse ya, para poder llegar al número de usuarios que permita lanzar la App de forma operativa. Yo ya estoy inscrito 😊
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Muy buen apunte, Roberto.
Tienes toda la razón, y me alegra decirte que poco a poco vamos por el buen camino, y la bola de nieve está empezando a rodar y a coger velocidad.
Ya sois más de mil cien, las personas que os habéis apuntado en el formulario de contacto de DedoCar, demostrando vuestro interés en compartir vuestros viajes en coche, unos como pasajeros y otros como conductores.
Y eso que no estamos haciendo publicidad (ya que la app aún no está terminada), sino que la mayoría de vosotros os enteráis de que existe el proyecto, por estar buscando en Internet una solución a vuestros problemas.
Esto nos da mucha confianza en que nuestras sospechas eran ciertas, y que hay una necesidad muy real de una aplicación que nos ayude a saber quienes vamos en la misma dirección, para poder ir juntos, en vez de cada uno en su propio coche.
Un abrazo.
Martin.
Equipo Dedocar.
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