Cómo compartir coche para ir a trabajar con una app de CarPooling de 2ª generación.

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Todos sabemos cómo se comparten los viajes en BlablaCar:
Tienes que publicar con varios días de antelación el viaje que vas a hacer en tu coche, para que la plataforma te busque pasajeros que quieran ir ese día al mismo sitio, y tienes que fijar un precio por asiento (antes de saber cuantos pasajeros llevarás finalmente).
O tienes que mirar los viajes que han publicado los conductores de tu ciudad que van al mismo sitio que tú, comparar los precios que te quiere cobrar cada uno por un asiento libre; y contactar con ellos para ver si tus horarios y lugares de recogida y entrega cuadran con los de alguno de ellos.

Así funciona el carpooling de 1ª generación.
Y está genial para ir a Valencia el fin de semana de Fallas.
Pero no resulta práctico para ir a trabajar todos los días.

La 2ª generación de carpooling (aunque también sirve para eso) se ha diseñado específicamente para aprovechar millones de asientos libres que se están desperdiciando cada día, en los coches de cientos de miles de personas que van al trabajo en la hora punta de la ciudad, y que estos se puedan librar de problemas y ahorrarse más de la mitad de los gastos.
Gracias a una aplicación en el móvil, compartir coche en esos viajes cotidianos es inmediato, y resulta tan fácil como pulsar un botón.

¿Qué tiene que hacer el conductor?

Cuando entra en su coche, el conductor coloca el móvil en un soporte y abre la app DedoCar.
Automáticamente le sale seleccionado el viaje que hace todos los días a esa hora, toca el botón «salgo ya» y comienza su viaje.

A lo largo del camino, la app le va avisando cada vez que pasa por el lugar de recogida de un pasajero compatible (que va en su misma dirección, y está utilizando la misma app que él).
Normalmente será alguien a quien conoce, porque ya le ha llevado otras veces.
Pero la app también puede presentarle a un compañero de viaje nuevo (mostrándole su foto y su nombre, y diciéndole cuántos viajes lleva compartidos y qué reputación se ha ganado como buen pasajero con las valoraciones de otros conductores que le han llevado antes).

Si el conductor ve que efectivamente va a pasar cerca del lugar de destino del pasajero y le apetece llevarle, le basta decir en voz alta «Aceptar» (para no tener que tocar ese botón en el móvil mientras conduce). Cuando ambos están de acuerdo en ir juntos, la app se lo comunica y el conductor para un momento y recoge al pasajero.

Luego, la app va indicando al conductor cuándo entra en la zona de entrega de alguno de los pasajeros que lleva. No hace falta que se desvíe de su ruta para dejarlo exactamente en la puerta del trabajo, porque el pasajero está dispuesto a caminar un poco desde un lugar de entrega que sea conveniente para ambos.

Al final del viaje, la app muestra al conductor los ahorros que ha conseguido compartiendo su recorrido al trabajo: El dinero que ha recuperado (la parte de los gastos del viaje que ha correspondido a los pasajeros que ha llevado), y el nuevo saldo que tiene su monedero virtual.
Y también verá un resumen de los ahorros que lleva acumulados con los viajes que ha compartido: Los coches que han dejado de mover los pasajeros que ha llevado, los litros de combustible que han ahorrado, y los kilos de CO2 que han dejado de contaminar.

¿Qué tiene que hacer el pasajero?

El que no tiene coche (o prefiere ir de pasajero, para no tener que mover todos los días su propio coche, o para librarse de problemas de aparcamiento en el trabajo…), sale a la calle principal de su barrio con el móvil y abre la app DedoCar.

Automáticamente le sale seleccionado el viaje que hace todos los días a esa hora y toca el botón «listo para recoger».
Entonces, la app le dice por donde vienen hoy sus conductores conocidos (los que ya le han llevado otras veces), y luego le avisa un minuto antes de que el primero de ellos pase por su lugar de recogida, proponiéndoles que vayan juntos.
Pero la app también puede proponerle ir inmediatamente con un conductor nuevo que pase antes: Le muestra su nombre, una foto del conductor con su coche, cuántos viajes lleva compartidos y qué reputación de buen conductor se ha ganado (con las valoraciones de los pasajeros que ha llevado antes).
El pasajero toca el botón «Aceptar» y si el conductor también está de acuerdo, la app se lo comunica a ambos y el conductor recoge al pasajero al pasar.

Más adelante, cuando el conductor pasa por el destino del pasajero (o lo bastante cerca, según lo que el pasajero ha indicado que está dispuesto a caminar), la app les avisa y (si es la primera vez que van juntos) eligen el punto exacto de entrega más conveniente para ambos: El más cercano al trabajo del pasajero donde el conductor pueda hacer una parada sin desviarse apenas de su ruta.

Tras la entrega, la app muestra al pasajero el resultado del viaje compartido:
Cuánto ha sido su parte de los gastos de viaje (que es transferida automáticamente a la cuenta monedero del conductor), y el nuevo saldo restante en su propio monedero.
También podrá ver el resumen de los ahorros que lleva acumulados con sus viajes compartidos: Los coches que ha dejado de mover, los litros de combustible que ha ahorrado, y los kilos de CO2 que ha dejado de contaminar

Más información en DedoCar.org

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Compartir los viajes al trabajo es la clave de la «nueva movilidad»​.

Ni Uber o Cabify, ni más coches de alquiler por minutos (carsharing), ni prohibir el paso o el aparcamiento a los coches que no tengan pegatinas de colores, ni tampoco peatonalizar o hacer carriles bici, ni siquiera incrementar las plazas del transporte público.

Andamos todos alborotados, pero me temo que ni patinetes, ni bicicletas, ni el coche autónomo, ni el eléctrico, ni el volador, son la clave para solucionar los problemas de movilidad que tenemos los que vivimos en las ciudades.

¡Dejémonos ya de tonterías, con eso de los «nuevos modos de movilidad», y centrémonos en lo importante!

Los verdaderos problemas de movilidad en las ciudades, tienen que ver con la mayoría de los viajes (los que se producen en hora punta), y afectan a la mayoría de la gente: Quienes tienen que ir todos los días a trabajar (o estudiar).

Las ciudades no paran de crecer (y de expulsar hacia la periferia a las personas y las empresas).
Las distancias casa-trabajo no paran de aumentar.
Cada vez son más los que tienen su lugar de trabajo demasiado lejos.
Tanto, que nunca llegarían en bici; y que, si no fueran en coche, perderían todos los días una hora en transporte público (y otra en volver a casa).
O que, si tomaran dos taxis o alquilaran dos coches al día, no ganarían para dar de comer a sus familias.

La «nueva forma de movilidad» para esta mayoría de trabajadores, solo puede ser una:
El «carpooling», o compartir coche para ir a trabajar.

Simplemente, compartir coche al trabajo es varias veces más eficiente, que ir cada uno solo en el suyo.

Sorprende que la mayoría de los «expertos en movilidad» propongan las mismas soluciones, y ni siquiera mencionen el carpooling.
Será porque contiene la palabra «coche», que es tabú en las ideologías que están de moda.

¡Que no te vendan la moto de que, para que seamos más sostenibles, algunos (que saben más), nos tienen que obligar a hacer sacrificios!

  • No hace falta que te cambies al transporte público, y tardes más.
  • Ni tienes por qué esforzarte en pedalear para ir al trabajo.
  • Y es mejor que no mandes tu coche a la chatarra, y te compres uno nuevo que contamine un 5% menos (pero en cuya fabricación se contaminó más que tú usando el viejo durante 3 años).

¿Cuándo te cambias a moverte de una forma más sostenible?

Tú eliges voluntariamente tu forma de moverte, y solo te cambiarás a una forma mejor.
Una más eficiente y más económica.
Conservando la rapidez y comodidad de ir en coche, y ganando ventajas.

¿Por qué lo haces?

No solo te cambias para contaminar menos.
También porque te interesa:
Porque ahorras gastos, y reduces tus dificultades para aparcar, y los problemas que te causan los atascos de tráfico (el tiempo perdido, y el exceso de consumo de combustible y de contaminación).

Compartir los viajes al trabajo, es la mejor forma de quitar coches de la circulación y del aparcamiento.

Cada viaje que se comparte, quita entre 1 y 4 coches.
Por eso, las autoridades y las empresas deberían facilitar la circulación y el aparcamiento de los coches compartidos (sin fijarse en los años o el tipo de motor que tengan).

¿No crees que te será más fácil aparcar en el trabajo, si la misma gente hemos ido en menos coches?
(Piensa que los coches de los pasajeros se habrán quedado en casa).

Las ventajas de compartir los viajes al trabajo, se producen al mover menos coches, y son enormes:

Cuando se comparte el viaje en coche y sus gastos, cada viajero se ahorra un mínimo del 50% (incluso alcanzan fácilmente el 75%, si van juntos más de dos).

El ahorro de contaminación en una ciudad como Madrid, podría llegar al millón de toneladas de CO2 por año. Ninguna otra cosa puede lograr algo parecido (salvo un confinamiento permanente por epidemia, que ninguno queremos).

Gracias al círculo virtuoso que se crea al compartir los viajes al trabajo, bastará con aprovechar los asientos libres del 15% de los coches que circulan en hora punta, para evitar ese 80% de contaminación extra que producen los atascos de tráfico, y para dejar de perder tanto tiempo en ellos.

Pero ¿Qué es el «carpooling»?

El icono de compartir viaje, muestra un conductor en su coche, con una puerta abierta para que suba un pasajero.

Simbolo de carpooling. Un pasajero entra en un coche para compartir el viaje con su conductor

Hay dos formas de hacer carpooling de camino al trabajo:

Para el conductor que comparte sus asientos libres

Para los conductores, compartir coche al trabajo, consiste en que muchos (que ahora vamos cada uno solo en su propio coche) dejaremos de tirar el dinero al desperdiciar 4 asientos libres en cada viaje.
Empezaremos a aprovecharlos, recogiendo al pasar a una o varias personas a las que nos pilla de paso llevar (porque van al trabajo en la misma dirección), y que están deseando ahorrar, al compartir con nosotros los gastos del viaje.

Todas las encuestas dicen lo mismo:

Rastreator, que «6 de cada 10 españoles compartirían coche a diario, para ahorrar».
Las del RACC, que lo haría el 60% de los que entran, salen, o cruzan Barcelona en coche.

Para el que va de pasajero

Y si no tienes coche (o lo tienes, pero no quieres ser esclavo de mover el tuyo todos los días), tienes otra opción (que es aún mejor):

Puedes ir de pasajero.
Y te lleva uno de los conductores que pasan junto a tu casa con asientos libres, y que luego pasarán por tu trabajo (o lo bastante cerca, para dejarte en un sitio, desde donde ya llegas andando).

De los miles de coches que se mueven por tu ciudad en hora punta… ¿Cuántos no te servirían para compartir viaje, si estás dispuesto a caminar un poco?

«4 de cada 5 coches solo llevan al conductor (y el 5º lleva 2 personas)».

En los coches que circulan por Madrid, hay más asientos libres, que personas viajando en Metro y en los autobuses de la EMT juntos (que son tres millones y medio al día).

Solo necesitas saber quiénes van en tu misma dirección, y quieren llevarte para compartir gastos contigo (más abajo verás cómo puedes saberlo).

Salvando los escollos del «carpooling»

¡Pero, el carpooling está inventado hace mucho tiempo! Y nunca funcionó muy bien, salvo durante la II Guerra Mundial, cuando se necesitaba ahorrar mucho combustible para el frente, y el gobierno de los Estados Unidos fomentaba el carpooling entre los trabajadores.

Carteles de propaganda durante la II Guerra Mundial, fomentando compartir coche para ahorrar combustible.Carteles americanos de propaganda, que fomentan el carpooling con un sentido patriótico para ahorrar combustible y ganar la II guerra mundial.

En aquellos tiempos, el problema era que, para poder compartir coche, primero tenían que conocerse, y luego tenían que ser dos cosas a la vez: Vecinos, y compañeros de trabajo. Así es muy difícil, y pocos podían hacerlo.

En el carpooling tradicional, solo podían compartir coche los que eran vecinos y compañeros de trabajo

Ahora, con ayuda de la tecnología, nos resulta mucho más fácil.

BlablaCar ha demostrado con gran éxito, que se puede coordinar a conductores y pasajeros (que antes no se conocían) para ir juntos a otra ciudad.
Si funciona para ir a Valencia el fin de semana de Fallas…
¿Por qué no hacer algo similar para ir al trabajo cada día?
¿O incluso algo mejor?

¿Y si el coche puede ir recogiendo y dejando pasajeros por el camino?

Muchas más personas resultan compatibles para ir juntos, porque basta con que el pasajero tenga un tramo en común con el viaje del conductor.
Como no tienen que hacer todos el mismo recorrido completo, ya no hacer falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez.

¿Y si no hace falta organizar el viaje con días de antelación, ni tienes el compromiso de quedar citados en cierto lugar a cierta hora?

Imagina una aplicación en el móvil que avisa al conductor durante el viaje, cada vez que está llegando donde hay un pasajero compatible, que ya está listo para que lo recoja al pasar.
Y al mismo tiempo, al pasajero (además de decirle por donde vienen hoy los conductores que ya le han llevado otras veces), le avisa cuando falta un minuto para que pase el más cercano.
Y en ese momento, les propone a ambos compartir el viaje.

¿Y si la app reparte automática y equitativamente el coste del viaje entre todos los que han ido juntos?

Cuantos más van juntos, más se ahorran todos.

Compartir coche en tus viajes habituales, es tan fácil como tocar un botón en una app de tu móvil.

Esta nueva aplicación…
¿Es un carpooling más ágil?
¿Es un nuevo “BlablaCar para compartir coche al trabajo”?
¿O una especie de autostop («ir a dedo» por la ciudad) con ayuda de una app?

Tiene un poco de cada uno. Por eso, la hemos llamado DedoCar

Tres efectos de compartir coche para ahorrar, que reducen la contaminación.

Compartir esos asientos libres que lleva tu coche mientras vas al trabajo, además de ahorrarte bastantes gastos, puede reducir la contaminación del aire, por tres motivos:

  • Circulan menos coches.
  • No dan vueltas buscando aparcamiento.
  • Y se acaban los atascos de tráfico.

 

Veamos como nos beneficia compartir los viajes:

 

1.  Mover menos coches

En los coches que circulan por una ciudad como Madrid, estamos desperdiciando cuatro millones de asientos libres al día; porque actualmente cuatro de cada cinco coches solo llevan al conductor.

 

En vez de tirar el dinero conduciendo cada uno el suyo, buena parte de estos viajeros podrían ir al trabajo aprovechando las plazas vacantes de los coches que van en su misma dirección.

Cada coche compartido puede llevar de uno a cuatro pasajeros, que se reparten los gastos del viaje con el conductor.

 

Viajando así, los que van de pasajeros dejan de mover sus coches, y estos ya no contaminan nada. Esto resulta mucho más económico, eficiente y sostenible, pudiendo ahorrar hasta el 75% de los gastos, de la energía y de las emisiones contaminantes.

 

2.  Aparcar más fácilmente

Se estima que el 30% del tráfico de Nueva York está formado por coches que dan vueltas buscando un sitio para aparcar.

 

La segunda consecuencia de compartir los viajes en coche es que, al llegar a su destino, solamente uno de los viajeros (el conductor) necesita una plaza de aparcamiento, y ahora encontrará libres las plazas que antes ocupaban los coches de sus pasajeros.

 

Los conductores de este menor número de coches compartidos, ya no tendrán que dar vueltas en busca de aparcamiento, y el tiempo y los kilómetros que ahorran también ayudan a reducir la contaminación.

 

3.  Eliminar los atascos de tráfico

En los atascos de tráfico, tú tardas tres o cuatro veces más, y tu coche contamina un 80% más, al tener que hacer continuas arrancadas y paradas, y utilizar la primera velocidad o marchas cortas.

Las congestiones de tráfico se producen en hora punta, cuando hay un pico en el volumen del tráfico porque muchas personas tienen que ir a la vez al trabajo o de vuelta a casa (y pretenden ir cada una en un coche). En esos momentos, el número de vehículos que intentan circular es mayor de lo que admiten las vías de circulación. Una vez que se alcanza el punto de saturación de la vía, el tráfico se colapsa y, paradójicamente, en esas circunstancias pueden circular muchos menos coches de los que caben normalmente. Una vez formado el atasco, hasta que no pasa bastante tiempo después del pico de tráfico, no se normaliza la situación, y las calles y carreteras no vuelven ser capaces de “tragar” el número de vehículos para el que se diseñaron.

 

La tercera consecuencia (pero no la menor) de compartir los viajes y transportar más personas en menos coches, es que no se alcanzará el punto de saturación de las vías de circulación. Todos los que antes aguantaban el atasco de la hora punta (cada uno metido en su propio coche), ahora disfrutarán del tráfico fluido que es normal en otros momentos.

 

Los trabajadores ahorrarán tiempo de desplazamiento y los efectos sobre la reducción de la contaminación serán muy grandes, puesto que todos los vehículos en circulación (y no solo los coches compartidos) podrán mantener una velocidad normal utilizando marchas largas, y dejarán de contaminar ese 80% adicional debido a los atascos.

 

La diferencia entre compartir viaje y compartir coche

 

Nótese que los efectos beneficiosos que mencionamos, se basan en compartir unos viajes que íbamos a hacer en nuestro coche de todos modos para, en vez de desperdiciar varios asientos libres en cada recorrido, que los aprovechen otras personas que van en la misma dirección.

Así pues, las ventajas vienen de “compartir viaje” y no de lo que algunos llaman “compartir coche.

 

Actualmente están de moda los servicios de ciertas empresas tecnológicas que te alquilan un coche por horas, ya sea con o sin conductor.

Estas empresas explican unas supuestas ventajas de lo que ellas llaman “compartir coche”; cuando en realidad su modelo de negocio se basa en prestar un servicio de taxi, o en alquilar su flota de coches. Este denominado carsharing en realidad no quita contaminación, ni reduce tantos problemas en la ciudad como pretenden hacernos creer, porque cada uno de estos “coches compartidos” sigue llevando varios asientos libres y un solo viajero en cada recorrido, y lo más que consigue son beneficios para estas empresas.

 

Los beneficios que hemos mencionado antes, solamente los conseguís cuando varias personas vais juntas, porque compartís un mismo viaje del coche y aprovecháis unos asientos libres que se iban a desperdiciar.

A esto lo podemos llamar carpooling, ridesharing o simplemente compartir viajes, y se basa en el espíritu de la economía colaborativa para beneficiar a la gente.

Puede quedar más claro con unos ejemplos: Uber dice que “comparte coches”, mientras que BlablaCar son personas que comparten sus viajes en un solo coche.

 

Seis de cada diez españoles compartirían coche a diario para ahorrar (pero no conocen a alguien que vaya en su misma dirección).

 

BlablaCar ya pone de acuerdo a varias personas que tienen que ir a otra localidad en una misma fecha, para que viajen juntas en el mismo coche y ahorren gastos.

Pero BlablaCar no nos sirve para compartir nuestros recorridos cotidianos. En la ciudad necesitamos algo más ágil, que nos ayude cada día a compartir coche para ir al trabajo y volver a casa. Estos nuestros recorridos más frecuentes, en los que la mayoría tenemos dificultades, en los que nos gastamos casi tanto dinero como en alimentación, y en los que más contaminación del aire podríamos evitar.

 

Por eso, en DedoCar.org hemos creado una aplicación de smartphone que dice al pasajero cuál es el primer coche que pasa y le puede llevar; y que avisa al conductor de donde están los pasajeros que van en su misma dirección y están dispuestos a compartir los gastos del viaje.

La app trabaja en tiempo real (sin reserva ni compromiso previo) y permite ir llenando los asientos libres del coche durante todo el recorrido previsto por el conductor, a la vez que va dividiendo automáticamente los gastos del viaje, entre cuantos más van juntos, mejor para todos.

 

Resumen:
Tengamos en cuenta la gran diferencia entre ir cada uno en su propio coche (o transportar individualmente un viajero después de otro, en sucesivos recorridos de un taxi o de un coche de alquiler), y que varias personas compartan simultáneamente un mismo viaje del coche de uno de ellos, que es una forma mucho más eficiente de moverse por la ciudad.
Aprovechar los asientos libres del coche para llevar varios viajeros a la vez, durante un recorrido que tienes que hacer de todos modos, no solo ahorra, sino que reduce (y mucho) la contaminación; porque se suman tres efectos beneficiosos: Llevar más personas con menos viajes; Tener que aparcar menos coches; Y eliminar los atascos de tráfico, en los que los coches consumen y contaminan un 80% más.

 

¡Apúntate a DedoCar si quieres una app para compartir tus viajes al trabajo! (como pasajero o como conductor)

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