Tres efectos de compartir coche para ahorrar, que reducen la contaminación.

Compartir esos asientos libres que lleva tu coche mientras vas al trabajo, además de ahorrarte bastantes gastos, puede reducir la contaminación del aire, por tres motivos:

  • Circulan menos coches.
  • No dan vueltas buscando aparcamiento.
  • Y se acaban los atascos de tráfico.

 

Veamos como nos beneficia compartir los viajes:

 

1.  Mover menos coches

En los coches que circulan por una ciudad como Madrid, estamos desperdiciando cuatro millones de asientos libres al día; porque actualmente cuatro de cada cinco coches solo llevan al conductor.

 

En vez de tirar el dinero conduciendo cada uno el suyo, buena parte de estos viajeros podrían ir al trabajo aprovechando las plazas vacantes de los coches que van en su misma dirección.

Cada coche compartido puede llevar de uno a cuatro pasajeros, que se reparten los gastos del viaje con el conductor.

 

Viajando así, los que van de pasajeros dejan de mover sus coches, y estos ya no contaminan nada. Esto resulta mucho más económico, eficiente y sostenible, pudiendo ahorrar hasta el 75% de los gastos, de la energía y de las emisiones contaminantes.

 

2.  Aparcar más fácilmente

Se estima que el 30% del tráfico de Nueva York está formado por coches que dan vueltas buscando un sitio para aparcar.

 

La segunda consecuencia de compartir los viajes en coche es que, al llegar a su destino, solamente uno de los viajeros (el conductor) necesita una plaza de aparcamiento, y ahora encontrará libres las plazas que antes ocupaban los coches de sus pasajeros.

 

Los conductores de este menor número de coches compartidos, ya no tendrán que dar vueltas en busca de aparcamiento, y el tiempo y los kilómetros que ahorran también ayudan a reducir la contaminación.

 

3.  Eliminar los atascos de tráfico

En los atascos de tráfico, tú tardas tres o cuatro veces más, y tu coche contamina un 80% más, al tener que hacer continuas arrancadas y paradas, y utilizar la primera velocidad o marchas cortas.

Las congestiones de tráfico se producen en hora punta, cuando hay un pico en el volumen del tráfico porque muchas personas tienen que ir a la vez al trabajo o de vuelta a casa (y pretenden ir cada una en un coche). En esos momentos, el número de vehículos que intentan circular es mayor de lo que admiten las vías de circulación. Una vez que se alcanza el punto de saturación de la vía, el tráfico se colapsa y, paradójicamente, en esas circunstancias pueden circular muchos menos coches de los que caben normalmente. Una vez formado el atasco, hasta que no pasa bastante tiempo después del pico de tráfico, no se normaliza la situación, y las calles y carreteras no vuelven ser capaces de “tragar” el número de vehículos para el que se diseñaron.

 

La tercera consecuencia (pero no la menor) de compartir los viajes y transportar más personas en menos coches, es que no se alcanzará el punto de saturación de las vías de circulación. Todos los que antes aguantaban el atasco de la hora punta (cada uno metido en su propio coche), ahora disfrutarán del tráfico fluido que es normal en otros momentos.

 

Los trabajadores ahorrarán tiempo de desplazamiento y los efectos sobre la reducción de la contaminación serán muy grandes, puesto que todos los vehículos en circulación (y no solo los coches compartidos) podrán mantener una velocidad normal utilizando marchas largas, y dejarán de contaminar ese 80% adicional debido a los atascos.

 

La diferencia entre compartir viaje y compartir coche

 

Nótese que los efectos beneficiosos que mencionamos, se basan en compartir unos viajes que íbamos a hacer en nuestro coche de todos modos para, en vez de desperdiciar varios asientos libres en cada recorrido, que los aprovechen otras personas que van en la misma dirección.

Así pues, las ventajas vienen de “compartir viaje” y no de lo que algunos llaman “compartir coche.

 

Actualmente están de moda los servicios de ciertas empresas tecnológicas que te alquilan un coche por horas, ya sea con o sin conductor.

Estas empresas explican unas supuestas ventajas de lo que ellas llaman “compartir coche”; cuando en realidad su modelo de negocio se basa en prestar un servicio de taxi, o en alquilar su flota de coches. Este denominado carsharing en realidad no quita contaminación, ni reduce tantos problemas en la ciudad como pretenden hacernos creer, porque cada uno de estos “coches compartidos” sigue llevando varios asientos libres y un solo viajero en cada recorrido, y lo más que consigue son beneficios para estas empresas.

 

Los beneficios que hemos mencionado antes, solamente los conseguís cuando varias personas vais juntas, porque compartís un mismo viaje del coche y aprovecháis unos asientos libres que se iban a desperdiciar.

A esto lo podemos llamar carpooling, ridesharing o simplemente compartir viajes, y se basa en el espíritu de la economía colaborativa para beneficiar a la gente.

Puede quedar más claro con unos ejemplos: Uber dice que “comparte coches”, mientras que BlablaCar son personas que comparten sus viajes en un solo coche.

 

Seis de cada diez españoles compartirían coche a diario para ahorrar (pero no conocen a alguien que vaya en su misma dirección).

 

BlablaCar ya pone de acuerdo a varias personas que tienen que ir a otra localidad en una misma fecha, para que viajen juntas en el mismo coche y ahorren gastos.

Pero BlablaCar no nos sirve para compartir nuestros recorridos cotidianos. En la ciudad necesitamos algo más ágil, que nos ayude cada día a compartir coche para ir al trabajo y volver a casa. Estos nuestros recorridos más frecuentes, en los que la mayoría tenemos dificultades, en los que nos gastamos casi tanto dinero como en alimentación, y en los que más contaminación del aire podríamos evitar.

 

Por eso, en DedoCar.org hemos creado una aplicación de smartphone que dice al pasajero cuál es el primer coche que pasa y le puede llevar; y que avisa al conductor de donde están los pasajeros que van en su misma dirección y están dispuestos a compartir los gastos del viaje.

La app trabaja en tiempo real (sin reserva ni compromiso previo) y permite ir llenando los asientos libres del coche durante todo el recorrido previsto por el conductor, a la vez que va dividiendo automáticamente los gastos del viaje, entre cuantos más van juntos, mejor para todos.

 

Resumen:
Tengamos en cuenta la gran diferencia entre ir cada uno en su propio coche (o transportar individualmente un viajero después de otro, en sucesivos recorridos de un taxi o de un coche de alquiler), y que varias personas compartan simultáneamente un mismo viaje del coche de uno de ellos, que es una forma mucho más eficiente de moverse por la ciudad.
Aprovechar los asientos libres del coche para llevar varios viajeros a la vez, durante un recorrido que tienes que hacer de todos modos, no solo ahorra, sino que reduce (y mucho) la contaminación; porque se suman tres efectos beneficiosos: Llevar más personas con menos viajes; Tener que aparcar menos coches; Y eliminar los atascos de tráfico, en los que los coches consumen y contaminan un 80% más.

 

¡Apúntate a DedoCar si quieres una app para compartir tus viajes al trabajo! (como pasajero o como conductor)

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Carsharing frente a ridesharing. Quién es quien en las plataformas de compartir coche de la economía colaborativa.

¿Sabemos qué problemas de los viajeros y de los ciudadanos resuelven realmente las diferentes compañías (como Uber o Blablacar), que ofrecen alternativas de transporte basadas en nuevas tecnologías y en la economía colaborativa? ¿Cuál es la diferencia entre compartir viaje «ridesharing» y compartir coche «carsharing»?

La tecnología conseguirá que millones de personas utilicen cada día los medios de transporte de forma más eficiente y sostenible, resolviendo problemas de tráfico y contaminación en las ciudades.

Algunos beneficios de la tecnología son obvios:
Ahora las puertas de los automóviles se pueden desbloquear por medios remotos, sin necesidad de llaves físicas; lo que facilita el alquiler de coches por horas, en lugar de días; y evita tener que devolver el coche en el mismo lugar donde se recogió.
Un navegador GPS nos puede guiar con seguridad a destinos no tan frecuentes, o ayudar a hacer nuestras rutas con mayor comodidad o ahorro de costes.
Puede que en el futuro los coches sin conductor pueblen nuestras calles (esperemos que lleven algunas personas dentro, para no hacer los atascos de tráfico todavía peores de lo que son ahora).

Pero una segunda derivada nos lleva a encontrar consecuencias más relevantes. Además de poder llamar un taxi desde una aplicación de smartphone; las redes de telefonía móvil y la popularización de los teléfonos inteligentes, con sus capacidades de redes sociales, también permiten que las personas se coordinen para lograr una movilidad más eficiente, compartiendo los viajes y los automóviles privados.
Hay miles de programadores que hacen aplicaciones para teléfonos móviles Android, con nuevas funcionalidades que son fáciles de instalar y utilizar por millones de personas. Esto, no sólo imprime un ritmo acelerado a la innovación, sino que también lleva a cierto grado de democratización de la tecnología, dando a la multitud parte del poder que anteriormente estaba reservado sólo a las empresas.

En esta nueva economía o consumo colaborativo, además de su papel tradicional como consumidores, las personas adquieren un nuevo rol de productores de bienes y servicios, creando un valor que ofrecen a la sociedad, como puede ser poner a disposición de otros los asientos libres que llevan infrautilizados en el coche, creando así nueva oferta con gran abundancia de plazas de transporte, la mayoría de las cuales estarán disponibles en hora punta, justo cuando más demanda hay y más se necesitan.

 

¿Quién es quien en los nuevos negocios relacionados con la movilidad?

En este contexto, están surgiendo nuevos negocios (como Uber, Lyft, Blablacar, Car2go, Didi Chuxing…) para explotar los nuevos modos de movilidad. Pero todavía hay mucha confusión sobre lo que hace en realidad cada una de esas empresas, los servicios que prestan y sobre los beneficios que traen para resolver los verdaderos problemas de los viajeros y los ciudadanos.

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Es muy importante distinguir entre compartir los coches (“carsharing”) y compartir los viajes (“ridesharing”)

En primer lugar, si yo conduzco un determinado coche ahora, y luego lo conduce otra persona (por ejemplo, en un alquiler por horas), esto es compartir coche.
También es compartir coche usar un taxi y, en cuanto a eficiencia energética, hay poca diferencia entre pararlo en la calle, o si viene a recogerte mediante una llamada telefónica o una aplicación de teléfono inteligente.
Compartir coche en la ciudad, solamente ahorra un poco de espacio de estacionamiento, eso es todo. Si cada taxi sigue llevando un solo pasajero, no aumenta la oferta de plazas en hora punta.

Sin embargo si, en lugar de ir a trabajar cada uno en su propio coche, encontramos varias personas que tienen trayectos compatibles, y van juntos en un solo coche para ahorrar compartiendo gastos; esto es algo muy distinto; se trata de compartir los viajes.

 

Es mucho mejor compartir viaje que compartir coche.

El viaje compartido aprovecha mejor las plazas disponibles, y es varias veces más eficiente que el coche compartido, porque ahorra combustible, ahorra gastos de viaje (al dividir los costes de mover un solo coche entre varios viajeros), y retira coches de la circulación; por lo que evita los atascos de tráfico en hora punta (que causan la pérdida de 3 o 4 veces más tiempo de viaje y un 80% más de contaminación),  y también soluciona los problemas de aparcamiento y de contaminación del aire que respiramos en la ciudad.

Además, cuando el coche cuyo viaje se comparte no es uno nuevo, que se fabrica para pertenecer a una flota explotada por una empresa o una gran multinacional; sino que se trata del coche particular que ya tenía uno de los viajeros (sin inversión adicional ni ánimo de lucro, porque el conductor no cobra por ello, ni es un negocio de coches de alquiler) sale mucho más barato viajar y estamos ante la verdadera economía colaborativa del futuro, que utiliza los medios disponibles de forma  más eficiente y sostenible y aporta beneficios a quienes la utilizan y al resto de la sociedad.

 

En vez de concentrar la riqueza en unas pocas grandes empresas (como ha venido ocurriendo con el consumismo individual), la verdadera economía colaborativa (cuyo mejor ejemplo es compartir los viajes en coche, aprovechando esos asientos libres que ahora se desperdician) trae beneficios para todos, y principalmente para quienes comparten los medios de transporte ya disponibles, utilizándolos de forma más racional y adecuada para el medio ambiente.

Al llevar a algunos pasajeros en los asientos libres de tu coche, cuando vas de camino al trabajo o en cualquiera de tus desplazamientos por la ciudad (o, mejor aún, si vas como pasajero en el coche de otra persona) consigues la comodidad y rapidez de un taxi, pero a un precio más bajo, similar al de un medio de transporte público.

Haciendo esto, muchos ahorrarán tiempo de viaje y quitaremos coches de la circulación en cantidad suficiente para evitar los atascos de tráfico que sufrimos cada día, los problemas de aparcamiento y la contaminación.

 

Podemos adaptar el modelo de Blablacar, para movernos a diario por la ciudad compartiendo los viajes en coche.

En DedoCar estamos creando una aplicación de auto-stop para smartphone, que nos ayude a ahorrar y movernos por la ciudad de una forma más eficiente y sostenible, compartiendo los asientos libres en nuestros viajes en coche de cada día por la ciudad.

Vamos a mejorar el modelo ridesharing de Blablacar, para que también sirva para los desplazamientos diarios por la ciudad, haciendo un reparto automático y justo de los gastos de viaje entre todos los ocupantes del coche (el conductor no gana dinero, sino que recupera hasta el 75% de los gastos), y organizando el viaje sobre la marcha, sin el incordio de tener que publicar y negociar los viajes con días de antelación.
Puedes encontrar mas información sobre la app  que te señala compañeros para compartir viaje, en: www.dedocar.es

La solución de María Jesús y sus vecinas para ir a trabajar.

Una historia real de cómo ahorrar tiempo y dinero, compartiendo coche en los desplazamientos al trabajo, gracias a la app DedoCar

Se pusieron de acuerdo para ahorrar tiempo y dinero.

 

Os contaré la historia de mi amiga María Jesús. Es una mujer luchadora e inteligente que vive en Fuenlabrada y trabaja en Madrid.

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Al principio pensaba (como creemos la mayoría) que sólo tenía dos maneras de ir a trabajar:

  • En transporte público;
    Tendría que hacer varios transbordos y perdería cada día más de una hora de ida y otra de vuelta;
  • O coger el coche familiar.
    Como su marido no lo usa, porque está en paro, María Jesús podría cogerlo para tardar menos; pero (como buen ama de casa que es) echó cuentas y vio que no podía permitírselo, porque ir en coche le costaría más de 200€ al mes (además de tener que alquilar una plaza de aparcamiento cerca del trabajo).

Cualquiera de estas alternativas tenía serios inconvenientes; así que María Jesús no utiliza ninguna de ellas.
¡Es una chica lista, y encontró otra salida!

Sí, amigos. Las mujeres son unos seres maravillosos, con una gran virtud: ¡Hablan y hablan a todas horas!
En serio. Hacen lo que nunca hacemos los hombres (por lo menos yo, que me da corte hasta preguntar el camino cuando me pierdo). Hablan entre ellas continuamente, se interesan por los problemas de las demás y se preguntan unas a otras ¿y tú cómo haces…?

María Jesús encontró la solución por casualidad:
Varias madres de compañeros de colegio, estaban charlando en un cumpleaños, cuando se dieron cuenta de que casi todas tenían unas necesidades de transporte similares: Muchas tenían que ir cada día a trabajar a  Madrid, y entre ellas había cinco amigas con horarios similares.

Vieron que les convenía a todas, y enseguida se pusieron de acuerdo para ir las cinco juntas, en el coche de una de ellas.
La que trabaja más lejos, sigue yendo en su coche pero, en vez de ir sola, ahora recoge a sus compañeras en el barrio y luego las va dejando por Madrid, mientras ella sigue de camino a su trabajo. Una de ellas se queda en el intercambiador de transportes de la Plaza Elíptica (para seguir hasta su trabajo en transporte público) y las otras se van bajando del coche cuando cada una va llegando cerca del suyo.

Al llevar un solo coche, el gasto de viaje es menor; y se lo dividen entre todas. Cada una de las pasajeras devuelve a  la conductora una parte de lo que cuesta mover el coche, y así les sale más barato que el abono transporte.

Las que antes iban en transporte público, ahora ahorran mucho tiempo; y las que iban cada una en su propio coche, ahora gastan mucho menos. Y todas viajan juntas cómodamente, mientras hacen lo que mas les gusta: charlar.

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María Jesús y sus amigas encontraron la mejor solución, porque tuvieron la suerte de conocerse y de hablar sobre sus problemas.

Pero… ¿Cuántos casos similares existen todavía por resolver?

El caso de María Jesús y sus amigas, nos sirve de modelo para solucionar los problemas de millones de personas.

Gracias a nuevas aplicaciones en los móviles, pronto podremos ponernos en contacto con otras personas para solucionar nuestros problemas comunes del día a día.

Ir por la ciudad cada uno en su propio coche, significa provocar atascos de tráfico, quemar combustible, contaminar el aire, desperdiciar asientos libres y tirar dinero cada día.

Cuando tantos millones de personas tenemos que ir a trabajar a la vez, no tiene sentido que cada uno vaya en un coche, solamente porque no conoce a  los que van en su misma dirección. Fácilmente podríamos compartir nuestros viajes en coche con otras personas, para movernos por la ciudad de una forma más económica, más eficiente y más sostenible.

Creemos que te puede servir cualquier coche que vaya en tu misma dirección y que lleve una plaza libre. En realidad, ¿Necesitas ser amigo de alguien para compartir con él unos minutos en coche, durante la ida al trabajo o la vuelta a casa?

Por eso, estamos desarrollando una comunidad de viajeros que usen una app que localiza a personas con recorridos compatibles (como María Jesús y sus amigas) para que se puedan ayudar mutuamente.

La hemos llamado DedoCar. ¡Apúntate a compartir viajes en coche!

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