Ni Uber o Cabify, ni más coches de alquiler por minutos (carsharing), ni prohibir el paso o el aparcamiento a los coches que no tengan pegatinas de colores, ni tampoco peatonalizar o hacer carriles bici, ni siquiera incrementar las plazas del transporte público.
Andamos todos alborotados, pero me temo que ni patinetes, ni bicicletas, ni el coche autónomo, ni el eléctrico, ni el volador, son la clave para solucionar los problemas de movilidad que tenemos los que vivimos en las ciudades.
¡Dejémonos ya de tonterías, con eso de los «nuevos modos de movilidad», y centrémonos en lo importante!
Los verdaderos problemas de movilidad en las ciudades, tienen que ver con la mayoría de los viajes (los que se producen en hora punta), y afectan a la mayoría de la gente: Quienes tienen que ir todos los días a trabajar (o estudiar).
Las ciudades no paran de crecer (y de expulsar hacia la periferia a las personas y las empresas).
Las distancias casa-trabajo no paran de aumentar.
Cada vez son más los que tienen su lugar de trabajo demasiado lejos.
Tanto, que nunca llegarían en bici; y que, si no fueran en coche, perderían todos los días una hora en transporte público (y otra en volver a casa).
O que, si tomaran dos taxis o alquilaran dos coches al día, no ganarían para dar de comer a sus familias.
La «nueva forma de movilidad» para esta mayoría de trabajadores, solo puede ser una:
El «carpooling», o compartir coche para ir a trabajar.
Simplemente, compartir coche al trabajo es varias veces más eficiente, que ir cada uno solo en el suyo.
Sorprende que la mayoría de los «expertos en movilidad» propongan las mismas soluciones, y ni siquiera mencionen el carpooling.
Será porque contiene la palabra «coche», que es tabú en las ideologías que están de moda.
¡Que no te vendan la moto de que, para que seamos más sostenibles, algunos (que saben más), nos tienen que obligar a hacer sacrificios!
- No hace falta que te cambies al transporte público, y tardes más.
- Ni tienes por qué esforzarte en pedalear para ir al trabajo.
- Y es mejor que no mandes tu coche a la chatarra, y te compres uno nuevo que contamine un 5% menos (pero en cuya fabricación se contaminó más que tú usando el viejo durante 3 años).
¿Cuándo te cambias a moverte de una forma más sostenible?
Tú eliges voluntariamente tu forma de moverte, y solo te cambiarás a una forma mejor.
Una más eficiente y más económica.
Conservando la rapidez y comodidad de ir en coche, y ganando ventajas.
¿Por qué lo haces?
No solo te cambias para contaminar menos.
También porque te interesa:
Porque ahorras gastos, y reduces tus dificultades para aparcar, y los problemas que te causan los atascos de tráfico (el tiempo perdido, y el exceso de consumo de combustible y de contaminación).
Compartir los viajes al trabajo, es la mejor forma de quitar coches de la circulación y del aparcamiento.
Cada viaje que se comparte, quita entre 1 y 4 coches.
Por eso, las autoridades y las empresas deberían facilitar la circulación y el aparcamiento de los coches compartidos (sin fijarse en los años o el tipo de motor que tengan).
¿No crees que te será más fácil aparcar en el trabajo, si la misma gente hemos ido en menos coches?
(Piensa que los coches de los pasajeros se habrán quedado en casa).
Las ventajas de compartir los viajes al trabajo, se producen al mover menos coches, y son enormes:
Cuando se comparte el viaje en coche y sus gastos, cada viajero se ahorra un mínimo del 50% (incluso alcanzan fácilmente el 75%, si van juntos más de dos).
El ahorro de contaminación en una ciudad como Madrid, podría llegar al millón de toneladas de CO2 por año. Ninguna otra cosa puede lograr algo parecido (salvo un confinamiento permanente por epidemia, que ninguno queremos).
Gracias al círculo virtuoso que se crea al compartir los viajes al trabajo, bastará con aprovechar los asientos libres del 15% de los coches que circulan en hora punta, para evitar ese 80% de contaminación extra que producen los atascos de tráfico, y para dejar de perder tanto tiempo en ellos.
Pero ¿Qué es el «carpooling»?
El icono de compartir viaje, muestra un conductor en su coche, con una puerta abierta para que suba un pasajero.
Hay dos formas de hacer carpooling de camino al trabajo:
Para el conductor que comparte sus asientos libres
Para los conductores, compartir coche al trabajo, consiste en que muchos (que ahora vamos cada uno solo en su propio coche) dejaremos de tirar el dinero al desperdiciar 4 asientos libres en cada viaje.
Empezaremos a aprovecharlos, recogiendo al pasar a una o varias personas a las que nos pilla de paso llevar (porque van al trabajo en la misma dirección), y que están deseando ahorrar, al compartir con nosotros los gastos del viaje.
Todas las encuestas dicen lo mismo:
Rastreator, que «6 de cada 10 españoles compartirían coche a diario, para ahorrar».
Las del RACC, que lo haría el 60% de los que entran, salen, o cruzan Barcelona en coche.
Para el que va de pasajero
Y si no tienes coche (o lo tienes, pero no quieres ser esclavo de mover el tuyo todos los días), tienes otra opción (que es aún mejor):
Puedes ir de pasajero.
Y te lleva uno de los conductores que pasan junto a tu casa con asientos libres, y que luego pasarán por tu trabajo (o lo bastante cerca, para dejarte en un sitio, desde donde ya llegas andando).
De los miles de coches que se mueven por tu ciudad en hora punta… ¿Cuántos no te servirían para compartir viaje, si estás dispuesto a caminar un poco?
«4 de cada 5 coches solo llevan al conductor (y el 5º lleva 2 personas)».
En los coches que circulan por Madrid, hay más asientos libres, que personas viajando en Metro y en los autobuses de la EMT juntos (que son tres millones y medio al día).
Solo necesitas saber quiénes van en tu misma dirección, y quieren llevarte para compartir gastos contigo (más abajo verás cómo puedes saberlo).
Salvando los escollos del «carpooling»
¡Pero, el carpooling está inventado hace mucho tiempo! Y nunca funcionó muy bien, salvo durante la II Guerra Mundial, cuando se necesitaba ahorrar mucho combustible para el frente, y el gobierno de los Estados Unidos fomentaba el carpooling entre los trabajadores.
Carteles de propaganda durante la II Guerra Mundial, fomentando compartir coche para ahorrar combustible.
En aquellos tiempos, el problema era que, para poder compartir coche, primero tenían que conocerse, y luego tenían que ser dos cosas a la vez: Vecinos, y compañeros de trabajo. Así es muy difícil, y pocos podían hacerlo.
En el carpooling tradicional, solo podían compartir coche los que eran vecinos y compañeros de trabajo
Ahora, con ayuda de la tecnología, nos resulta mucho más fácil.
BlablaCar ha demostrado con gran éxito, que se puede coordinar a conductores y pasajeros (que antes no se conocían) para ir juntos a otra ciudad.
Si funciona para ir a Valencia el fin de semana de Fallas…
¿Por qué no hacer algo similar para ir al trabajo cada día?
¿O incluso algo mejor?
¿Y si el coche puede ir recogiendo y dejando pasajeros por el camino?
Muchas más personas resultan compatibles para ir juntos, porque basta con que el pasajero tenga un tramo en común con el viaje del conductor.
Como no tienen que hacer todos el mismo recorrido completo, ya no hacer falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez.
¿Y si no hace falta organizar el viaje con días de antelación, ni tienes el compromiso de quedar citados en cierto lugar a cierta hora?
Imagina una aplicación en el móvil que avisa al conductor durante el viaje, cada vez que está llegando donde hay un pasajero compatible, que ya está listo para que lo recoja al pasar.
Y al mismo tiempo, al pasajero (además de decirle por donde vienen hoy los conductores que ya le han llevado otras veces), le avisa cuando falta un minuto para que pase el más cercano.
Y en ese momento, les propone a ambos compartir el viaje.
¿Y si la app reparte automática y equitativamente el coste del viaje entre todos los que han ido juntos?
Cuantos más van juntos, más se ahorran todos.
Compartir coche en tus viajes habituales, es tan fácil como tocar un botón en una app de tu móvil.
Esta nueva aplicación…
¿Es un carpooling más ágil?
¿Es un nuevo “BlablaCar para compartir coche al trabajo”?
¿O una especie de autostop («ir a dedo» por la ciudad) con ayuda de una app?
Tiene un poco de cada uno. Por eso, la hemos llamado DedoCar