Compartir los viajes al trabajo es la clave de la «nueva movilidad»​.

Ni Uber o Cabify, ni más coches de alquiler por minutos (carsharing), ni prohibir el paso o el aparcamiento a los coches que no tengan pegatinas de colores, ni tampoco peatonalizar o hacer carriles bici, ni siquiera incrementar las plazas del transporte público.

Andamos todos alborotados, pero me temo que ni patinetes, ni bicicletas, ni el coche autónomo, ni el eléctrico, ni el volador, son la clave para solucionar los problemas de movilidad que tenemos los que vivimos en las ciudades.

¡Dejémonos ya de tonterías, con eso de los «nuevos modos de movilidad», y centrémonos en lo importante!

Los verdaderos problemas de movilidad en las ciudades, tienen que ver con la mayoría de los viajes (los que se producen en hora punta), y afectan a la mayoría de la gente: Quienes tienen que ir todos los días a trabajar (o estudiar).

Las ciudades no paran de crecer (y de expulsar hacia la periferia a las personas y las empresas).
Las distancias casa-trabajo no paran de aumentar.
Cada vez son más los que tienen su lugar de trabajo demasiado lejos.
Tanto, que nunca llegarían en bici; y que, si no fueran en coche, perderían todos los días una hora en transporte público (y otra en volver a casa).
O que, si tomaran dos taxis o alquilaran dos coches al día, no ganarían para dar de comer a sus familias.

La «nueva forma de movilidad» para esta mayoría de trabajadores, solo puede ser una:
El «carpooling», o compartir coche para ir a trabajar.

Simplemente, compartir coche al trabajo es varias veces más eficiente, que ir cada uno solo en el suyo.

Sorprende que la mayoría de los «expertos en movilidad» propongan las mismas soluciones, y ni siquiera mencionen el carpooling.
Será porque contiene la palabra «coche», que es tabú en las ideologías que están de moda.

¡Que no te vendan la moto de que, para que seamos más sostenibles, algunos (que saben más), nos tienen que obligar a hacer sacrificios!

  • No hace falta que te cambies al transporte público, y tardes más.
  • Ni tienes por qué esforzarte en pedalear para ir al trabajo.
  • Y es mejor que no mandes tu coche a la chatarra, y te compres uno nuevo que contamine un 5% menos (pero en cuya fabricación se contaminó más que tú usando el viejo durante 3 años).

¿Cuándo te cambias a moverte de una forma más sostenible?

Tú eliges voluntariamente tu forma de moverte, y solo te cambiarás a una forma mejor.
Una más eficiente y más económica.
Conservando la rapidez y comodidad de ir en coche, y ganando ventajas.

¿Por qué lo haces?

No solo te cambias para contaminar menos.
También porque te interesa:
Porque ahorras gastos, y reduces tus dificultades para aparcar, y los problemas que te causan los atascos de tráfico (el tiempo perdido, y el exceso de consumo de combustible y de contaminación).

Compartir los viajes al trabajo, es la mejor forma de quitar coches de la circulación y del aparcamiento.

Cada viaje que se comparte, quita entre 1 y 4 coches.
Por eso, las autoridades y las empresas deberían facilitar la circulación y el aparcamiento de los coches compartidos (sin fijarse en los años o el tipo de motor que tengan).

¿No crees que te será más fácil aparcar en el trabajo, si la misma gente hemos ido en menos coches?
(Piensa que los coches de los pasajeros se habrán quedado en casa).

Las ventajas de compartir los viajes al trabajo, se producen al mover menos coches, y son enormes:

Cuando se comparte el viaje en coche y sus gastos, cada viajero se ahorra un mínimo del 50% (incluso alcanzan fácilmente el 75%, si van juntos más de dos).

El ahorro de contaminación en una ciudad como Madrid, podría llegar al millón de toneladas de CO2 por año. Ninguna otra cosa puede lograr algo parecido (salvo un confinamiento permanente por epidemia, que ninguno queremos).

Gracias al círculo virtuoso que se crea al compartir los viajes al trabajo, bastará con aprovechar los asientos libres del 15% de los coches que circulan en hora punta, para evitar ese 80% de contaminación extra que producen los atascos de tráfico, y para dejar de perder tanto tiempo en ellos.

Pero ¿Qué es el «carpooling»?

El icono de compartir viaje, muestra un conductor en su coche, con una puerta abierta para que suba un pasajero.

Simbolo de carpooling. Un pasajero entra en un coche para compartir el viaje con su conductor

Hay dos formas de hacer carpooling de camino al trabajo:

Para el conductor que comparte sus asientos libres

Para los conductores, compartir coche al trabajo, consiste en que muchos (que ahora vamos cada uno solo en su propio coche) dejaremos de tirar el dinero al desperdiciar 4 asientos libres en cada viaje.
Empezaremos a aprovecharlos, recogiendo al pasar a una o varias personas a las que nos pilla de paso llevar (porque van al trabajo en la misma dirección), y que están deseando ahorrar, al compartir con nosotros los gastos del viaje.

Todas las encuestas dicen lo mismo:

Rastreator, que «6 de cada 10 españoles compartirían coche a diario, para ahorrar».
Las del RACC, que lo haría el 60% de los que entran, salen, o cruzan Barcelona en coche.

Para el que va de pasajero

Y si no tienes coche (o lo tienes, pero no quieres ser esclavo de mover el tuyo todos los días), tienes otra opción (que es aún mejor):

Puedes ir de pasajero.
Y te lleva uno de los conductores que pasan junto a tu casa con asientos libres, y que luego pasarán por tu trabajo (o lo bastante cerca, para dejarte en un sitio, desde donde ya llegas andando).

De los miles de coches que se mueven por tu ciudad en hora punta… ¿Cuántos no te servirían para compartir viaje, si estás dispuesto a caminar un poco?

«4 de cada 5 coches solo llevan al conductor (y el 5º lleva 2 personas)».

En los coches que circulan por Madrid, hay más asientos libres, que personas viajando en Metro y en los autobuses de la EMT juntos (que son tres millones y medio al día).

Solo necesitas saber quiénes van en tu misma dirección, y quieren llevarte para compartir gastos contigo (más abajo verás cómo puedes saberlo).

Salvando los escollos del «carpooling»

¡Pero, el carpooling está inventado hace mucho tiempo! Y nunca funcionó muy bien, salvo durante la II Guerra Mundial, cuando se necesitaba ahorrar mucho combustible para el frente, y el gobierno de los Estados Unidos fomentaba el carpooling entre los trabajadores.

Carteles de propaganda durante la II Guerra Mundial, fomentando compartir coche para ahorrar combustible.Carteles americanos de propaganda, que fomentan el carpooling con un sentido patriótico para ahorrar combustible y ganar la II guerra mundial.

En aquellos tiempos, el problema era que, para poder compartir coche, primero tenían que conocerse, y luego tenían que ser dos cosas a la vez: Vecinos, y compañeros de trabajo. Así es muy difícil, y pocos podían hacerlo.

En el carpooling tradicional, solo podían compartir coche los que eran vecinos y compañeros de trabajo

Ahora, con ayuda de la tecnología, nos resulta mucho más fácil.

BlablaCar ha demostrado con gran éxito, que se puede coordinar a conductores y pasajeros (que antes no se conocían) para ir juntos a otra ciudad.
Si funciona para ir a Valencia el fin de semana de Fallas…
¿Por qué no hacer algo similar para ir al trabajo cada día?
¿O incluso algo mejor?

¿Y si el coche puede ir recogiendo y dejando pasajeros por el camino?

Muchas más personas resultan compatibles para ir juntos, porque basta con que el pasajero tenga un tramo en común con el viaje del conductor.
Como no tienen que hacer todos el mismo recorrido completo, ya no hacer falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez.

¿Y si no hace falta organizar el viaje con días de antelación, ni tienes el compromiso de quedar citados en cierto lugar a cierta hora?

Imagina una aplicación en el móvil que avisa al conductor durante el viaje, cada vez que está llegando donde hay un pasajero compatible, que ya está listo para que lo recoja al pasar.
Y al mismo tiempo, al pasajero (además de decirle por donde vienen hoy los conductores que ya le han llevado otras veces), le avisa cuando falta un minuto para que pase el más cercano.
Y en ese momento, les propone a ambos compartir el viaje.

¿Y si la app reparte automática y equitativamente el coste del viaje entre todos los que han ido juntos?

Cuantos más van juntos, más se ahorran todos.

Compartir coche en tus viajes habituales, es tan fácil como tocar un botón en una app de tu móvil.

Esta nueva aplicación…
¿Es un carpooling más ágil?
¿Es un nuevo “BlablaCar para compartir coche al trabajo”?
¿O una especie de autostop («ir a dedo» por la ciudad) con ayuda de una app?

Tiene un poco de cada uno. Por eso, la hemos llamado DedoCar

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Aprendamos con el coronavirus. Cómo ayudar a la gente a ahorrar y reducir la contaminación, cuando vuelva a ir al trabajo.

Con el confinamiento por el coronavirus se han limitado los viajes al trabajo, lo que ha reducido los atascos de tráfico en hora punta, y la contaminación del aire de las ciudades.
¿Cómo mantener estas ventajas cuando todo el mundo vuelva a tener que ir a trabajar?
Podremos mover la misma gente en menos coches, compartiendo coche al trabajo, con ayuda de la app DedoCar.

No hay duda de que el descenso de actividad humana por la epidemia de coronavirus, ha reducido las emisiones y ha repercutido en la contaminación.

Los sensores de satélites como el Sentinel, muestran una reducción paulatina en los niveles de Óxidos de Nitrógeno, sobre todo en el norte de Italia.

Reducción de contaminación por coronavirus

Al mismo tiempo, los gráficos de distintas ciudades indican que ha habido una gran reducción de las congestiones de tráfico, que se provocaban al ir y volver del trabajo, en la hora punta de los días laborables.

Gráfico Reducción de Atascos CoronaVirus Marzo 2020

Pero lo más interesante, es que la reducción de atascos de tráfico en Madrid, ocurrió sin necesidad de decretar el estado de alarma.

Los atascos desaparecieron varios días antes, en cuanto las primeras personas empezaron el  teletrabajo, y se quitaron unos cuantos coches superfluos del tráfico de las ciudades. Justo aquellos que antes superaban la capacidad de las vías de circulación, durante la hora punta de los días laborables (que es cuando se producen atascos).

Tras un análisis en profundidad de los datos, llegamos a la conclusión de que las emisiones de CO2 de una ciudad del tamaño de Madrid, se pueden reducir en más de un millón de toneladas al año.

Y lo mejor, es que para ello no hace falta prohibir los desplazamientos de la gente, ni tampoco prohibir los coches (obligándonos a todos a ir al trabajo en bicicleta, o en transporte público, para que perdamos aún más tiempo en llegar).

Se puede reducir la contaminación, sin afectar negativamente a los trabajadores, ni a la economía productiva. Basta con ser más eficientes, y llevar la misma gente en menos coches.

El truco está, en aprovechar mejor los cuatro millones asientos libres que estamos desperdiciando cada día (en un millón de coches de 5 plazas que solo llevan al conductor).

Si aprovechamos mejor los viajes, yendo varios juntos en cada coche (en vez de ir cada uno solo en el suyo), nos ahorraremos gastos y problemas, y seremos más sostenibles.

Ya se que, a finales de Marzo de 2020 (cuando estamos en pleno confinamiento por la epidemia), este consejo de compartir los viajes en coche, os sonará raro. Pero esta epidemia pasará algún día, y millones de personas tendremos que volver a ir a trabajar.

Cuando imaginamos reducir la contaminación, lo primero que pensamos es que moviendo la mitad de coches, contaminaremos la mitad.

Pero la realidad es que contaminaremos mucho menos.
La clave está en reducir los atascos de tráfico.

Cada vez que un coche está atrapado en el atasco de camino al trabajo, está consumiendo y contaminando un 80% más de lo normal (de lo que contaminaría ese mismo coche, si pudiera hacer su recorrido en otro momento, fuera de la hora punta).

Por eso, compartir los viajes en coche al trabajo, supone una oportunidad tan grande para mejorar nuestras vidas, que no la podemos desperdiciar.

¿Cuántos coches tendremos que compartir? ¿Hace falta compartir el 100% de los asientos libres?

No. Porque hay cuatro factores que nos ayudan.

  • Para evitar el atasco, no hace falta retirar del tráfico todos los coches, sino solo el número de vehículos que sobrepasa la capacidad de la vía, en el pico de la hora punta.
  • Al dejar de sufrir el atasco, no solo los coches compartidos, sino también todos los demás (aunque sigan llevando una sola persona), dejan de contaminar ese 80% adicional, debido al atasco.
  • Además, como la mayoría de los coches tienen capacidad para llevar hasta 4 personas más, cada uno que se comparte, puede estar retirando de la circulación entre uno y otros cuatro coches (los de quienes ahora van de pasajeros, y ya no mueven cada uno el suyo).
  • Al llevar menos coches al trabajo, hay menos demanda de plazas de aparcamiento, resulta fácil aparcar en la puerta, y dejamos de contaminar dando vueltas en busca de un hueco libre.

¿Cuantos coches hay que compartir b

Por tanto, para acabar con los atascos (o reducirlos mucho), y rebajar la contaminación a niveles aceptables, bastará con compartir alrededor del 15% de coches en los viajes al trabajo.

¿Querrá la gente compartir sus viajes?

Si. Por conciencia social y medioambiental, y por el ahorro.

Todas las encuestas (Real Automóvil Club de Cataluña, Rastreator, etc…) indican que «6 de cada 10 españoles compartirían coche a diario, para ahorrar».

Mucha gente que tiene que ir al trabajo, o a estudiar, está deseando compartir sus viajes en coche.

Porque en la práctica, se consiguen ahorros que van del 50 al 75% (al dejar de pagar todos los gastos de ir cada uno en su propio coche, y repartirse entre varios el gasto de aprovechar un solo viaje).

¿Por qué no lo están haciendo ya?

Por dos motivos: Por falta de información, y por el problema vecino/compañero del carpooling tradicional:

  • En primer lugar, el viajero no sabe quién va en su misma dirección.
    Aunque sepas que en hora punta hay millones de personas yendo al trabajo (y pienses que seguro que algunos deben hacer  un recorrido compatible con el tuyo), tú no los conoces.
  • En segundo lugar, pensamos que solo pueden compartir coche quienes viven y trabajan cerca.
    Tú conoces a tus vecinos, (pero cada uno trabaja en un sitio distinto), y también conoces a tus compañeros de trabajo (pero cada uno vive en su barrio, repartidos por toda la ciudad).

¡Así es imposible!
Pero ¿Y si el coche pudiera ir recogiendo y dejando gente por el camino?

Entonces, se podrían compartir también los tramos comunes, durante una parte del viaje.

¡Ya no haría falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez, y aumentarían muchísimo las probabilidades de encontrar viajeros compatibles!

¿Querrá la gente compartir coche?

Por sentido común, por lo que dicen todas las encuestas, y porque nos lo han dicho más de 1500 personas, que ya se han apuntado en este formulario, sabemos que hay mucha gente con ganas de compartir sus coches (llevando a quienes les caen de camino al trabajo). Y que hay aún más personas que prefieren ir de pasajero en el coche de otro (lo que viene muy bien, porque cada conductor ofrece varios asientos libres).

Hay asientos libres de sobra, y hay mucha gente con ganas de compartir sus viajes.
Si eres uno de ellos, tu único problema, es que hasta ahora no tenías forma de saber con quién podías compartir tus recorridos cotidianos.

¿Quieres una buena noticia?
Estamos haciendo una app de smartphone que te lo dice.

Esta app supone una evolución, o una “segunda generación de Blablacar”, que combina lo mejor del carpooling tradicional, con la agilidad del autostop.

No solo te permite conocer varias personas que van en tu misma dirección, sino que te pone mucho más fácil compartir el viaje (Para un viaje habitual, solo tienes que tocar dos botones: “salgo ya” y “acepto”).

No te hace falta perder tiempo antes del viaje, en repasar una lista de posibles compañeros, no tienes que negociar y elegir, ni tienes que establecer una cita de un día para otro.

La app hace todo este trabajo por ti, y en cada ocasión, simplemente te propone ir con el compañero de viaje ideal (el que ese día esté más cerca). Cuando quieres viajar, te basta con salir a la calle con tu móvil.

Un minuto antes de que cada conductor pase por el punto de recogida de un pasajero, la app averigua que son compatibles, e inmediatamente les propone ir juntos.

Y, si aún no habían ido juntos, también los presenta, enseñando a cada uno la foto del otro, el número de viajes que ha compartido anteriormente, y la reputación que sus compañeros anteriores le han otorgado (como buen conductor, o como buen pasajero).

Cuando pase la epidemia, esperamos tener lista esta app para que ponga muy fácil compartir coche al trabajo a cientos de miles de las personas que tengamos que volver a trabajar.

Más información en www.DedoCar.org.

El 2020 ya está aquí ¿Y ahora qué?

El año de los objetivos (el 2020) ha llegado, y aún no hemos dado con la solución al cambio climático, ni a los problemas de contaminación y movilidad en las ciudades.

No lo han logrado ni los políticos, ni los activistas, ni los expertos.

Es el momento de recurrir a los técnicos.

2020 Calendario

 

Reconozcamos que fue fallo nuestro, ponernos en manos de los políticos, para que solucionaran los problemas de la sociedad.

  • Los políticos saben reunirse, y marcar fechas y objetivos (muchas veces arbitrarios, como Kyoto, París, etc.)… Pero en realidad no saben qué hacer para lograrlos.
  • Los activistas que presionan a los políticos (como la niña Greta), no ayudaron a encontrar soluciones.
    Tan solo culparon a otros de los problemas, y crearon movimientos de protesta, revuelo y alarma social.
  • Tampoco ayudaron los “expertos” (muchas veces autoproclamados), que asesoran a los políticos.
    Muchos de ellos resultaron tener un sesgo ideológico, y no pasaron más allá de repetir mil veces los problemas (a veces engordando las cifras a su conveniencia), de ser maniqueos y extremistas a la hora de señalar culpables, y con demasiadas fobias (a cosas como los coches, la carne…).

Generalmente, solo proponían soluciones del siglo pasado, que se copiaban de unas ciudades a otras, y que (lejos de solucionar algo, o de ayudar a la gente) ponían toda la carga en la espalda del sufrido ciudadano, como:

  • prohibido circular,
  • prohibido aparcar,
  • vaya usted al trabajo en bicicleta,
  • tarde 3 veces más en transporte público,
  • o cambie usted de coche, por uno que contamine un 5% menos, (aunque para fabricar el nuevo se contaminó más que circulando en el viejo durante 4 años).

 

Como esto no ha funcionado, es hora de cambiar de estrategia.

Ha llegado el momento de escuchar a los técnicos.

Los técnicos son personas:

  • Pragmáticas y sin ideología, que siguen el método científico.
    Estudian todos los síntomas, hacen un diagnóstico acertado del problema, y proponen un remedio; que normalmente se basa en reducir el despilfarro y aumentar la eficiencia en el uso de unos recursos valiosos y escasos (como la energía, los medios de transporte, o el espacio disponible en las ciudades)
  • Que tienen ideas novedosas sobre soluciones, aprovechando las nuevas tecnologías (como los smartphone que todos llevamos encima). Ideas que van más allá de lo convencional (que el metro funcione con electricidad desde hace 100 años, solo significa que el tubo de escape no está en el túnel, sino en otro sitio).
  • Que encuentran sinergias (1+1 es mayor que 2), y una forma de convertir los círculos viciosos en círculos virtuosos.
  • Con conocimientos y habilidades técnicas, que les capacitan para diseñar y poner en marcha soluciones prácticas y verdaderamente eficaces.
    Suelen ser soluciones que aprovechan la nueva Economía Colaborativa, con plataformas digitales que ayudan a los ciudadanos a colaborar entre sí (librándose del individualismo, y del consumismo brutal), para reutilizar y aprovechar mejor sus bienes y recursos infrautilizados (como habitaciones vacías, o asientos libres en los coches).

 

No nos engañemos:

¡No salvarás el mundo cambiando de coche, ni vendrá ningún héroe que salve el planeta por ti!

Solucionar los problemas está en tus manos.
Solo necesitas un poco de tecnología, que te ayude a hacer un gesto diario
.

Lo que necesitamos son herramientas tecnológicas, que ayuden a la mayoría de nosotros a no despilfarrar.

La única solución es que muchos ciudadanos ahorremos un poco cada día, siendo más eficientes y sostenibles:
Consumiendo menos energía, aprovechando mejor los medios de transporte, usando más eficazmente el espacio urbano…

Y (por qué no) aprovechando también esa mayor eficiencia en nuestro propio beneficio individual:
Para ahorrarnos tiempo de desplazamiento y gastos de transporte en nuestros viajes cotidianos (los de ir al trabajo, estudios, o de vuelta a casa, que se concentran en la hora punta del tráfico en la ciudad).

 

Concretemos el camino a seguir, en un ejemplo:

Si cierto número de personas de tu ciudad, os coordináis para compartir los viajes en coche al trabajo (con ayuda de una aplicación de móvil que presenta a los que vais en la misma dirección), podéis dejar de emitir hasta 1.000.000 de toneladas de CO2 al año.

¡Y, además, ahorraros del 50 al 75% de vuestros gastos!

www.DedoCar.org

¿Cómo mover menos coches, si cada vez los necesitaremos más?

Cada vez necesitaremos más el coche para ir a trabajar, pero usaremos menos coches, ahorraremos más y contaminaremos menos, cuando podamos compartir viaje al trabajo gracias a una aplicación en el móvil que presenta a los que pueden ir juntos.

La tendencia es que vamos a necesitar más el coche en la ciudad, porque cada vez tendremos el trabajo más lejos de casa.

SieteEnanitosYendoAlTrabajo

Por tres motivos:

  1. Cada vez más gente vivirá en ciudades, con lo que estas serán cada vez más grandes, aumentando las distancias de nuestros desplazamientos cotidianos.
  2. Cualquier empresa (grande o pequeña) que encuentra el metro cuadrado de oficina o nave industrial más barato en las afueras, no duda en trasladarse (incluso fuera del límite de la provincia); pasando a sus empleados la patata caliente del desplazamiento cotidiano al centro de trabajo.
  3. Cada vez menos gente se puede permitir pagar la hipoteca o el alquiler en el centro de la ciudad, y se desplaza a vivir a la periferia (y, no se por qué, normalmente acaba teniendo su vivienda en el extremo opuesto de la ciudad de donde tiene el puesto de trabajo).

 

Este aumento de las distancias hace que, para la mayoría de trabajadores, resulte imposible ir andando, casi heroico ir en bicicleta y que pierdan demasiado tiempo encadenando varios medios de transporte público (que ya no resulta tan conveniente como para moverse por el centro, o en ciudades más pequeñas).

 

Muchos solo pueden ir en coche

 

El resultado es que, a cada vez más empleados “no les queda más remedio” que ir en coche al trabajo, convirtiéndose en esclavos de coger el coche cada día, sufriendo cada vez más atascos de tráfico, más problemas de aparcamiento en el trabajo, y respirando aire más contaminado por las emisiones de sus propios vehículos.

 

La maldita hora punta

 

Para empeorar las cosas (como estamos sujetos a horarios de entrada y salida muy similares), la mayoría de nuestros desplazamientos al trabajo (y de vuelta a casa), se producen casi a la vez, concentrados en las horas punta.

Los atascos de tráfico habituales, ocurren cuando cientos de miles de trabajadores moviéndose a la vez, superan la capacidad de las calles y carreteras.

En estos atascos, no solo perdemos 3 o 4 veces más tiempo del necesario en llegar, sino que cada vehículo atrapado en ellos contamina un 80% más de lo normal.

 

No es un panorama muy halagüeño ¿verdad?

¿Hay algo que podamos hacer para mitigar estos problemas?

 

Para nuestros políticos (y los expertos que los asesoran), lo fácil es culpar al coche de todos nuestros males, y decir a los demás que no vayan en coche.

Y lo peor es que los políticos habitualmente hablan mediante leyes, que desgraciadamente consisten en prohibir circular o aparcar, dificultando la movilidad de las personas que les votan.

 

Es muy socorrido etiquetar los coches, y pasar el muerto al ciudadano, obligándole a cambiar de coche, y haciéndole tirar el suyo y comprar uno que emita un poquito menos (de lo que se alegran infinitamente los fabricantes).

 

Pero no salvarás el mundo cambiando de coche,

 

Porque fabricar un coche nuevo consume recursos naturales y contamina como circular 60.000 Km en él.

Se nos olvida que es mucho más eficaz aumentar la ocupación del coche, y aprovechar bien el que ya tenemos, que enviarlo a la chatarra.

Cualquier coche (incluso el más viejo de los diésel), cuando lleva dos personas, contamina la mitad que si van cada una en el suyo. Cambiando de coche no lo consigues. Ni aunque el nuevo sea eléctrico, porque esto solo significa que el tubo de escape esta en otro sitio (en la central que genera la electricidad).

 

La solución no va por ahí.

 

Normalmente a los políticos les resulta fácil dictar leyes, pero no son capaces de ofrecer a los ciudadanos nuevas alternativas que sean más eficientes y sostenibles.

¿Necesitan que les recordemos que la bicicleta era la propuesta a los trabajadores en la China comunista de la época de Mao, y que el Metro ya cumplió 100 años?

 

Los tiempos, la tecnología y la sociedad han cambiado:

 

Ahora todos llevamos un smartphone en el bolsillo, y está surgiendo la economía colaborativa (en la que las personas comparten el uso y aprovechan mejor sus bienes infrautilizados).

 

Para encontrar verdaderas soluciones, tenemos que analizar a fondo la situación, y usar la tecnología para transformar nuestros peores problemas, en las mayores oportunidades de mejora.

 

Cuando analizamos bien lo que pasa, nos damos cuenta de que lo malo no es que muchos dependamos de ir en coche, sino que actualmente ESTAMOS YENDO CADA UNO EN SU PROPIO COCHE, desperdiciando cuatro asientos libres en cada viaje, y moviendo muchos más coches de los necesarios.

 

Lo malo no es ir en coche, sino ir cada uno en el suyo.

 

La ocupación media en Madrid está entre 1,1 y 1,2 personas por coche. Y más de un millón de viajes al día, yendo cada uno en su propio coche, significa que desperdiciamos más de cuatro millones de asientos libres. (Hay más asientos libres desperdiciados en los coches, que personas moviéndose en Metro y autobús juntos, que suman 3,5 millones).

 

En el problema está la oportunidad

 

Pero veamos este enorme despilfarro, como un valiosísimo recurso de plazas de transporte que podemos aprovechar.

Y además son gratis, porque ahora se están desperdiciando.

 

Si la mayoría de nuestros desplazamientos son de casa al trabajo, y se producen todos a la vez…

¿Por qué no dejamos de ir cada uno solo en el suyo, y vamos juntos en menos coches, compartiendo los asientos libres durante nuestros viajes al trabajo?

 

¿Acaso no es eso lo que quiere la gente?

Todas las encuestas (Real Automóvil Club de Cataluña, Rastreator,…) coinciden en indicar que:

 

 “Seis de cada diez españoles compartirían coche a diario para ahorrar”.

 

Sabemos que ir cada uno en su coche nos sale caro y nos causa muchos problemas, pero hasta ahora no nos quedaba más remedio porque, aunque seamos cientos de miles yendo al trabajo a la vez, NO SABÍAMOS QUIÉN MÁS VA EN NUESTRA MISMA DIRECCIÓN, para poder compartir viaje con él.

 

Nos hace falta una app.

 

Lo que necesitamos para mitigar nuestros problemas, es una aplicación de móvil que nos presente a las personas con las que podemos compartir coche en nuestros viajes al trabajo.

Una app diseñada para compartir  nuestros desplazamientos cotidianos, y con la que no hace falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez, porque ayuda al conductor a ir recogiendo por el camino a los pasajeros que van en su misma dirección.

 

 

Las ventajas de compartir coche al trabajo son enormes:

 

En el momento en que un pasajero comparte coche con el conductor, ambos se ahorran la mitad de lo que gastaban antes, yendo cada uno en el suyo. Pero pueden dividir los gastos todavía mas, entre tres, cuatro o hasta cinco, si consiguen llenar el coche. ¡Cuantos más van juntos, mejor para todos!

 

 

Cuando los trabajadores puedan utilizar la app para compartir coche, podremos subir la ocupación a una media de 2 personas por coche (no es descabellado, teniendo en cuenta que la mayoría son de 5 plazas).

Así, moveremos la mitad de coches, tendremos la mitad de problemas de aparcamiento en el trabajo, evitaremos provocar los actuales atascos de la hora punta, y reduciremos la contaminación a menos de la mitad, porque se sumarán varios efectos beneficiosos:

 

  • Llevar la misma gente en la mitad de coches, significa que la otra mitad ya no se mueven, y pasan a contaminar cero.
  • Llevando al trabajo la mitad de coches, sobran plazas de aparcamiento, y ya no tendremos que dar vueltas buscando un sitio donde estacionar, lo que también ahorra energía y emisiones.
  • No solo los coches compartidos, sino también todos los demás, se libran de contaminar ese 80% adicional del atasco de tráfico.

Una solución, y tres críticas a los responsables de organizar la movilidad urbana

A paso de tortuga

Empezamos por mencionar lo que, a nuestro juicio, no están haciendo bien los que gestionan nuestra movilidad en las ciudades:

  1. No fomentar las soluciones del siglo XXI
  2. Poner el carro delante de los bueyes.
  3. Imponer a los ciudadanos alternativas con sesgo ideológico, en vez de ofrecerles las soluciones más eficaces

Hay soluciones nuevas

La bicicleta se usaba mucho para ir al trabajo en la China de Mao, y el metro cumple 100 años. Pero ahora hay formas mejores para moverse, basadas en tecnología. Hay Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS), que aprovechan que todos llevamos en el bolsillo un móvil con una increíble capacidad de procesamiento y que nos mantiene siempre comunicados.

Dad una buena alternativa, antes de restringir la movilidad

Todos queremos aire más limpio, una ciudad más humana y con menos coches.

Pero no se puede empezar por quitar carriles al tráfico, o te saldrá el tiro por la culata (porque solo conseguirás aumentar los atascos, en los que los vehículos contaminan un 80% más de lo normal).
Antes de eso, tienes que reconocer que hay a mucha gente que necesita moverse por la ciudad todos los días y que, conforme la ciudad crece, cada vez depende más del coche, porque tiene el trabajo más lejos de casa, y ciertos medios de transporte, que son ideales en el centro, dejan de ser la mejor opción para ellos.

Luego, tienes que facilitar a estas personas una alternativa más eficiente que ir cada uno en su propio coche.

Cuando ya hemos identificado que el principal problema son los desplazamientos cotidianos en vehículos de baja ocupación (En cristiano: Ir al trabajo cada uno solo en su propio coche),

¿Qué es mejor hacer?

A.- Prohibir circular a estos vehículos (y que la gente se las apañe como pueda).

B.- Aumentar la ocupación (ayudar a llevar la misma gente en menos coches).

En demasiadas ocasiones, vemos que esta decisión se toma sin pensar en el ciudadano, exhibiendo un comportamiento autoritario, y guiado más por la ideología del gobernante que en criterios de eficacia de las distintas soluciones posibles.

La forma más eficaz de quitar coches de la circulación, es ayudar a los ciudadanos a compartir los asientos libres de sus coches particulares, para que cientos de miles de ellos ya no tengan que mover cada uno el suyo, y puedan ir al trabajo en menos coches.

No nos engañemos.

Nadie cambiará su modo de transporte para perder más tiempo en ir al trabajo todos los días (como con las propuestas que ahora están de moda: Dejar de ir en coche para ir en transporte público, o en bicicleta).

Y si les obligas, enfrentarás a la gente, y te echarán del cargo porque los perjudicados votarán a otro.

Pero ayudar a la gente a cambiar de hábitos no es imposible.

Solo hay que ofrecerles una forma nueva de moverse, que sea más ventajosa.

Ahí van dos, que muchísima gente podrá aprovechar:

  • Comparte tu viaje en coche como conductor:
    Si mientras vas al trabajo, llevas en los asientos libres de tu coche, a algunas personas que te caen de camino, ahorrarás más del 50% de los gastos del viaje.
    Ahora estás tirando el dinero, porque desperdicias cuatro asientos libres cada vez (y entre todos, sumamos 4.000.000 al día en Madrid). Mientras que en hora punta, hay mucha gente como tu yendo al trabajo, que compartiría sus viajes para ahorrar (6 de cada 10).
  • Cámbiate a ir de pasajero:
    Mejor aún.
    Si, en vez de ir en tu propio coche, dejas que te lleve en el suyo alguien que va en la misma dirección, ahorras lo mismo y ya no tienes que aparcar, ni que conducir en el atasco, ni necesitas mover tu coche todos los días.
    Ahora puedes ir con la comodidad y rapidez de un “coche con chofer”, a precio de autobús.

Para hacer realidad el sueño de una movilidad más eficiente y sostenible en la ciudad, aprovechando la mejor oportunidad que tenemos (nuestros asientos libres y las ganas de la gente de compartirlos) ¿Qué es lo que nos falta?

  1. Integrar a todos esos conductores y pasajeros que quieren compartir sus viajes, en una plataforma que les coordine y les ayude a ahorrar.
  2. Darles una aplicación de móvil, que se lo ponga muy fácil, porque vaya diciendo al conductor a lo largo del camino a quién puede llevar; Y diga al pasajero cuál es el primer coche que pasa en su misma dirección con asientos libres.

La app. te propone el primer conductor compatible
La app. te propone el primer conductor compatible

En DedoCar ya estamos trabajando en ello.

Y esperamos que mucha gente se sume para vivir mejor en la ciudad, ahorrando tiempo y dinero, y con menos problemas de contaminación, aparcamiento y tráfico.

¡Difunde el proyecto en redes sociales, y apúntate a compartir coche al trabajo con nuestra nueva app!

CÓMO EVOLUCIONAR EL MODELO BLABLACAR, GRACIAS A UNA APLICACIÓN DE AUTO-STOP EN EL MÓVIL, PARA MITIGAR LOS PROBLEMAS DE LA CIUDAD Y AHORRAR, COMPARTIENDO COCHE AL TRABAJO A DIARIO.

Resumen:

Una ciudad del tamaño de Madrid, actualmente desperdicia más de cuatro millones de asientos libres al día, porque cuatro de cada cinco coches solo llevan al conductor.
El problema se agrava debido a que la mayoría de estos desplazamientos son al trabajo y de vuelta a casa, por lo que se producen en hora punta; provocando atascos de tráfico en los que el coche contamina un 80% más.

El 60% de estos conductores solitarios desearían compartir coche a diario, para ahorrar tiempo y gastos; pero no conocen a los otros que van en su misma dirección.
Compartir esta multitud de viajes, llevando la misma gente en menos coches, y quitando vehículos del tráfico en hora punta, supone una increíble oportunidad para reducir los principales problemas de las ciudades, que están relacionados con la movilidad: Contaminación del aire (hasta un millón de Toneladas de CO2 menos, por ciudad y año), consumo de energía, atascos de tráfico, dificultades de aparcamiento y carestía del transporte.

Analizando los sistemas tradicionales de compartir viajes en coche (el CarPooling y el Auto-Stop), junto al reciente modelo de éxito de BlablaCar, esta ponencia define las principales características de una segunda generación de plataformas de “ride-sharing”, adaptada al entorno urbano y basada en una aplicación de smartphone que localizará sobre la marcha los trayectos compatibles de pasajeros y conductores, y les ayudará en tiempo real a compartir sus viajes y a repartirse los gastos.

Palabras clave:

compartir coche viaje trabajo ahorrar gasto atasco tráfico aparcamiento contaminación

Introducción

En una ciudad inteligente, hay una gran oportunidad de mejorar la movilidad urbana. Por ejemplo, en los coches que se mueven por Madrid, actualmente se desperdician unos cuatro millones de asientos libres al día.
Un uso tan poco eficiente de los coches, es la verdadera causa que provoca los principales problemas que sufren los habitantes de las grandes ciudades (contaminación, carestía del transporte, atascos de tráfico, problemas de aparcamiento, y hasta conduce al cambio climático).

Al compartir coche en los viajes al trabajo, se estima que el número de vehículos retirados de la circulación en una ciudad del tamaño de Madrid podrían ahorrar directamente 330.000 toneladas de emisiones de CO2 al año; pudiendo llegar a 1.000.000 de toneladas al contar los efectos indirectos, por la reducción de atascos de tráfico y por dejar de dar vueltas buscando aparcamiento.

El Proyecto

Se pretende ayudar a millones de personas que han de desplazarse por la ciudad en hora punta, para que puedan compartir sus coches durante los viajes al trabajo, aprovechando mejor un valioso recurso: los asientos libres que actualmente se desperdician.

Con la ayuda de una nueva herramienta tecnológica (una aplicación de smartphone) se pueden aplicar a la movilidad urbana los beneficios de la economía colaborativa, gracias a integrar en una plataforma de “ride-sharing” un procedimiento innovador, que va localizando las personas que tienen trayectos coincidentes con el recorrido del conductor, y les ayuda a compartir los gastos del viaje.

Así, además de los medios de transporte tradicionales, el ciudadano dispondrá de dos nuevos modos de movilidad urbana, de gran eficiencia, economía y sostenibilidad:

  • Podrá ir como el conductor que ofrece los asientos libres de su coche para llevar a otras personas que van en la misma dirección, y así compartir con ellas los gastos del viaje, y ahorrarse hasta el 75% del dinero que antes tiraba al ir en solitario.
  • O podrá ir como el pasajero que (en vez de ser esclavo de mantener su propio coche, y de moverlo cada día), prefiere que sea otro quien le lleve, y así disfruta del mismo ahorro, más la comodidad añadida de ir en un coche con chofer.

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Figura 1. Simulador de ahorro de gastos, combustible y contaminación, al compartir coche durante el recorrido al trabajo.

 

Material y métodos

¿Cómo diseñar una plataforma de RideSharing urbano?

Cuando se trata de resolver los problemas de movilidad de las ciudades, ayudando a millones de personas que sufren dificultades para ir al trabajo y volver a casa cada día, y promoviendo en ellas un cambio de hábitos hacia nuevos modos de movilidad colaborativa, se ha de aprovechar la experiencia de quienes llevan años compartiendo sus desplazamientos diarios a lugares con gran concentración de trabajadores, como Las Tablas, en Madrid.

Se trata de construir una plataforma informática que ayude a compartir ágilmente los viajes al trabajo, ofreciendo a los viajeros urbanos un servicio de coordinación, mediante una aplicación móvil que presente en el acto a los pasajeros y conductores que son compatibles, porque se dan coincidencias parciales de trayectos entre ellos.

Para el diseño de esta plataforma y esta app, se deben también aprovechar las ventajas de los diferentes sistemas conocidos hasta ahora (como el CarPooling tradicional, el Auto-Stop y el propio BlablaCar), y a la vez mejorar sus respectivos puntos débiles:

Mejorando el CarPooling tradicional

El CarPooling fue fomentado en los Estados Unidos de América durante la Segunda Guerra Mundial, para ahorrar el combustible que se necesitaba en el frente; y después cayó en desuso.

Se basa en que un grupo de personas se reúnen en un mismo sitio (como una parada de autobús en una zona residencial) y viajan en un solo coche, para llegar todas juntas a un punto de destino común (como una fábrica).

Las mejoras que precisaría este sistema para generalizarse con éxito son:

  • No necesitar que tu vecino sea también tu compañero de trabajo

Numerosos intentos en empresas y universidades han fracasado por ese motivo: exigir dos condiciones simultáneas que son difíciles de cumplir: que los viajeros vivan cerca y trabajen cerca.

Un sistema que consiga que el coche pueda ir recogiendo y entregando pasajeros durante todo su recorrido, multiplicará las probabilidades de encontrar compañeros de viaje compatibles, puesto que no impone a los viajeros la limitación de tener que ser a la vez vecinos y compañeros de trabajo.

  • No obligar a compromisos

La experiencia demuestra que muchas personas no comparten sus viajes por miedo al compromiso.

Sería deseable evitar que una persona que lleve al trabajo a otra un día, contraiga la obligación de llevarte todos los días, ni que tampoco esté obligada a quedar con ella de nuevo por la tarde para llevarla de vuelta a casa.

Las personas no siempre llegamos a tiempo y tampoco nos gusta esperar a alguien que se retrase (o que quizá hoy no venga).

Ahora que todos llevamos un smartphone en el bolsillo, sería preferible que una app dijera en cada ocasión al pasajero cuál es el primer coche que pasa y le puede llevar, y que dijera al conductor donde están los pasajeros que esperan a su paso, y a los que puede llevar mientras sigue de camino a su trabajo.

Mejorando el Auto-Stop

El auto-stop tuvo su auge coincidiendo con el movimiento hippie de la década de los 60. Una persona con pocos recursos económicos que deseaba viajar a otra ciudad, se colocaba junto a la carretera, haciendo a los conductores que pasaban por allí un gesto moviendo la mano con el pulgar hacia arriba (el gesto de “ir a dedo”), con la esperanza de que algún conductor que llevara asientos libres, parara para preguntarle adonde iba, y pudiera llevarle, o al menos acercarle una parte de la ruta.

Lo más aprovechable de este sistema es su agilidad. Pero un auto-stop del siglo XXI precisaría las siguientes reformas:

  • Que el coche no tenga que parar a preguntar a dónde va el otro

La aplicación de smartphone para compartir asientos libres, solo propondrá a un viajero cierto compañero, cuando sabe que ambos tienen trayectos compatibles.

  • No llevar a desconocidos, ni montar con desconocidos.

Todos los usuarios estarán registrados en la plataforma y habrá un sistema de reputación online basado en las recomendaciones de los compañeros de viajes anteriores. Un viajero podrá ver la fotografía y la reputación del compañero de viaje que le propone la app, de forma que podrá elegir con quién va.

  • Todos contribuyen a los gastos del viaje

La plataforma irá calculando la parte de gastos que corresponde a cada pasajero que lleva el coche (según su uso compartido) y, una vez terminado el viaje, recolectará el importe correspondiente a cada uno, por la división de gastos entre ellos, y se lo reembolsará automáticamente al conductor; con una comodidad total para los viajeros.

Mejorando el propio BlablaCar

Actualmente, BlablaCar es el referente mundial de una plataforma de compartir viajes en coche para ahorrar gastos, y ya ha demostrado en toda Europa las ventajas de aplicar la economía colaborativa a los viajes.
Sin embargo, su modelo de servicio está diseñado para organizar solamente viajes interurbanos y que sean programados con cierta antelación, y requeriría demasiado esfuerzo para unos viajeros que lo usaran a diario.

Esta plataforma permite que los usuarios publiquen los viajes que desean hacer en el futuro, o que busquen alguien que haya publicado un viaje similar al suyo. Su motor de búsqueda detecta conductores y pasajeros que tienen en común tres características muy básicas: la misma ciudad de origen, la misma ciudad de destino y la misma fecha de viaje. Pero luego los usuarios han de ponerse en contacto entre sí para negociar el resto de condiciones del viaje (la hora y el lugar de salida, el precio de cada asiento, el lugar de entrega en destino, etc.)

Para resolver los problemas de las ciudades, habría que evolucionar este modelo con ciertas mejoras:

  • Organizar los viajes compartidos al trabajo con más agilidad.

Una forma de organizar los viajes que obliga a negociarlos con cierta antelación, es adecuada para ir de fin de semana a otra ciudad; pero no se ajusta a las necesidades de unos viajes mucho más cortos y frecuentes, como los recorridos diarios por la ciudad para ir al trabajo y de vuelta a casa. Los viajes urbanos requieren de un procedimiento mucho más ágil, aprovechando una serie de avances tecnológicos para que la plataforma sea capaz de organizarlos en tiempo real, presentando en el acto a los compañeros de viaje ideales; de modo que el usuario tan solo tenga que aceptar una propuesta para compartir coche inmediatamente.

  • Un reparto más equitativo de los costes del viaje.

En lugar de que sea el conductor el que fije el precio que quiere cobrar por cada asiento, es preferible que la plataforma tenga establecido un coste por cada kilómetro recorrido, y que lo divida equitativamente entre el número total de ocupantes del coche (conductor incluido). De esta forma, cuantas más personas compartan el viaje, de mayor ahorro se beneficiarán todas ellas, y se garantizará que el conductor nunca pueda llegar a ganar dinero, sino que tan solo recupere la mayor parte posible de esos gastos que ha pagado por adelantado.

Resultados

Los síntomas (problemas percibidos):

Los que percibimos como nuestros principales problemas en las ciudades son:

  • La contaminación del aire que respiramos

La mayoría de las grandes ciudades incumplen la normativa europea, cada vez que se dan condiciones meteorológicas anticiclónicas que evitan la dispersión de los contaminantes.

  • Los atascos de tráfico que se forman en la hora punta

En ellos, no solo se tarda tres o cuatro veces más tiempo de lo normal, sino que los coches contaminan un 80% más [1].

  • Los problemas de falta de espacio por el aparcamiento

Hay demasiados coches en busca de un sitio para aparcar en el centro de la ciudad y en los lugares de trabajo.

  • La carestía del transporte.

Es la 3ª partida en los presupuestos familiares (tras la vivienda, y casi con el mismo importe que la alimentación).

Con la movilidad actual, la ciudad no es inteligente.

Cuando vemos los problemas de la ciudad en su conjunto, entendemos cómo están relacionados entre sí y detectamos que existe una causa común que provoca todos ellos: La poca eficiencia en el uso de coches particulares.

La ocupación media de los coches que se mueven por Madrid, es tan solo de 1,1 ocupantes por vehículo. Mientras la mayoría de los coches tienen cinco plazas, 4/5 de ellos solo llevan al conductor, y desaprovechan cuatro asientos libres en cada viaje, con lo que en cada una de nuestras grandes ciudades, se están desperdiciando más de 4.000.000 de asientos libres al día. Para dar idea de la magnitud de este despilfarro de recursos, se desperdician más asientos libres que personas van en metro y autobús juntos.

Discusión

Análisis y diagnóstico (causas y soluciones)

Para hacer un diagnóstico correcto, entendamos que los problemas de la ciudad no son individuales, sino que en realidad son síntomas de un mal común:

  • El tiempo perdido en desplazamientos, es lo que determina el modo de transporte que eligen las personas.

Las ciudades son cada vez más grandes y, a medida que aumentan las distancias a recorrer para ir al trabajo, las personas dejan de poder ir andando (o en bicicleta), aumentan sus dificultades para tener una buena combinación en transporte público, aumentan sus tiempos de desplazamiento y muchas sienten que “no les queda mas remedio” que ir al trabajo en coche y, desgraciadamente, ir en coche se suele traducir en ir cada uno en el suyo.

  • La demanda de transporte se concentra en las horas punta, mientras que la oferta de plazas de los medios de transporte, y la capacidad de las vías de circulación, son prácticamente planas.

Millones de personas tienen que moverse todas a la vez, porque están obligadas a viajar en los horarios de entrada y salida del trabajo o de los estudios. A esas horas los medios de transporte se colapsan y las calles se saturan de vehículos.

Los servicios de taxi (aunque ahora se los llame con una app) o los vehículos de alquiler (aunque sea por horas), no resolverán estos problemas, por dos motivos: Nunca habrá suficientes para la hora punta (o estarían ociosos el resto del tiempo, perdiendo dinero). Y los trabajadores no pueden permitirse pagarlos dos veces al día.

 

 

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Figura 2. Distribución de la demanda y oferta de transporte).

 

  • Demasiados coches que llevan una sola persona, multiplican los problemas y, al final, todo repercute sobre la contaminación.

Cuatro personas que van cada una en un coche, tienen el efecto directo de contaminar cuatro veces más que si compartieran los asientos libres de uno solo.

Demasiados coches infrautilizados, llevando al trabajo a un solo ocupante, tienen el efecto indirecto de superar la capacidad de las vías de circulación, colapsándolas y provocando los habituales atascos de tráfico de la hora punta, en los que cada coche contamina un 80% más de lo normal [1].

Las dificultades para aparcar un coche por cada viajero, causan otro efecto indirecto de hacerles contaminar dando vueltas a la espera de que quede libre una plaza de aparcamiento.

  • Compartir los asientos libres cambiará estos círculos viciosos, en virtuosos.

Justo en la hora punta, es cuando están disponibles la mayoría de los asientos libres de los coches. Aprovecharlos supondrá hacer aflorar una gran abundancia de plazas de transporte (que son gratuitas, porque se estaban desperdiciando). Son plazas que las personas podrán compartir, para no tener que ir al trabajo cada una en su propio coche.

  1. Compartiendo los asientos libres, se reduce el coste del transporte, consiguiendo ahorros de hasta el 75% para cada uno de los viajeros, lo que refuerza el hábito de segir compartiéndolos.
  2. Un coche compartido con tres pasajeros, consume y contamina la cuarta parte, porque dejan de moverse los coches de los tres pasajeros.
  3. Solo uno de cada varios viajeros necesita una plaza de aparcamiento, con lo que la encuentra sin dificultades, al no enfrentarse a la competencia de los coches de los pasajeros. Dejar de dar vueltas buscando aparcamiento también reduce el consumo y la contaminación.

Compartiendo un 15% de los coches (cada uno de los cuales pueden llevar entre 1 y 4 pasajeros más) se quitará del tráfico la cantidad de coches suficientes como para que no se alcance el punto de saturación de las vías urbanas en hora punta; con lo que ya no se producirá el atasco de tráfico que era habitual. Esto hará que, no solo los coches compartidos, sino también todos los coches en circulación, dejen de contaminar ese 80% adicional causado por el atasco de tráfico [1].

 

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Figura 3 Compartir evita atascos en hora punta.

 

Sumando todos estos efectos, se estima que en una ciudad como Madrid, compartir coche en los viajes al trabajo podría ahorrar entre 330.000 y 1.000.000 de Toneladas de emisiones de CO2 al año.

 

El tratamiento (aplicando el remedio) ¿Qué necesitamos?

Las encuestas [2] muestran que seis de cada diez españoles compartirían coche a diario para ahorrar. Sin embargo, la mayoría siguen tirando el dinero (al ir cada uno en su propio coche) y creando los problemas que ellos mismos acaban sufriendo.

¿Por qué ocurre esto? Porque no conocen a nadie que vaya en su misma dirección y que esté dispuesto a compartir los gastos del viaje, yendo al trabajo en un coche compartido, a pesar de que hay tantas personas moviéndose en hora punta, que existen gran cantidad de trayectos coincidentes y de oportunidades de ahorrar gastos y problemas.

Por lo tanto, es conveniente poner en marcha una plataforma de RideSharing urbano como la descrita en esta ponencia, dotada de una aplicación de smartphone que ponga muy fácil a estas personas compartir coche al trabajo a diario.

Conclusiones

Mientras que seis de cada diez españoles querrían compartir coche a diario para ahorrar, solo en los que circulan por Madrid ya se están desperdiciando 4.000.000 de asientos libres. Demasiadas personas van solas al trabajo, cada una en su propio coche, porque no conocen a otras con quienes podrían compartir su viaje, para ahorrarse hasta el 75% de los gastos (y los pasajeros, además, disfrutar la comodidad y rapidez de un coche con chofer, a precio de autobús).

Con una app de smartphone que diga en tiempo real a pasajeros y conductores quién más va en su misma dirección (y son muchos yendo a la vez al trabajo en hora punta) podremos quitar del tráfico cierta cantidad de coches superfluos, para dejar de emitir en cada ciudad del tamaño de Madrid entre trescientas treinta mil y un millón de Toneladas de CO2 al año; y acabar con los atascos de tráfico y con los problemas de aparcamiento y de falta de espacio; para que las personas vivamos mejor en unas ciudades con una movilidad más inteligente.

Referencias Bibliográficas

[1] How Much does Traffic Congestion Increase Fuel Consumption and Emissions? Applying a Fuel Consumption Model to the NGSIM Trajectory Data, Martin Treiber 2007

[2] IV estudio comparación online y ahorro Inteligente 2017 Rastreator

¿Utilizas botas de siete leguas para ir al trabajo?

Podemos ver el coche como unas «botas de siete leguas, que no te puedes quitar al llegar al trabajo». Cuando demasiada gente calza esas botas, tenemos un grave problema de aparcamiento.
Pero la situación mejorará cuando solo la mitad de los viajeros las calce, porque se hayan dado cuenta de que en cada par de botas caben 5 personas, y no solo una.


Usando más eficientemente los asientos libres de los coches particulares, se necesitarán la mitad de plazas de aparcamiento en el trabajo. O sea, que volverá a ser fácil lo que ahora resulta difícil (aparcar tanto coche infrautilizado, que llevó al trabajo solo a su conductor).

Tampoco harán falta tantas plazas en aparcamientos disuasorios, porque si algunos pasajeros del coche compartido (pongamos que vienen juntos desde Toledo o Illescas), se bajan al pasar por un intercambiador o parada de transporte público (como la Plaza Elíptica), no solo habrán traído a la gran ciudad un solo coche, sino que ni siquiera necesitarán aparcarlo en Usera, puesto que el conductor seguirá de camino hacia su puesto de trabajo (probablemente al otro lado de Madrid).

A pesar de que «6 de cada 10 españoles compartiría coche a diario para ahorrar«, actualmente no pueden hacerlo, porque no tienen forma de saber quien más está yendo en su misma dirección.

La tecnología nos puede ayudar.
La idea no es «colectivizar» la propiedad de los coches particulares (y que cualquiera pueda abrirlos sin tener la llave); puedes seguir siendo el dueño de tu coche, y el único que lo conduce.
La idea es que te espabiles, y dejes de pagar tú solo todos los gastos de ir al trabajo, porque solo tú aprovechas el viaje.

Ya no hace falta que todos y cada uno de los trabajadores seamos esclavos de mover nuestros coches a diario.
Podemos organizarnos mejor, y que solo algunos conduzcan, mientras comparten
esos asientos libres del coche que antes desperdiciaban, con otros que van en la misma dirección de camino al trabajo.

Todos ellos ahorrarán lo mismo (por encima del 50% del coste de mover su propio coche), pero estos últimos serán los más beneficiados, porque ya no tendrán que conducir y aparcar cada día, y se convertirán en pasajeros que van cómodamente en el coche de otro. 
En conjunto, ya no tendremos por qué mover cada uno su  propio coche todos los días; sino que varios pasajeros podrán colaborar con un conductor, para repartirse los gastos del viaje.

Y todo gracias a utilizar en su móvil una app, que va presentando a lo largo del camino a ambos tipos de viajeros (los pasajeros y los conductores que hacen trayectos compatibles en ese momento), que va dividiendo equitativamente entre ellos los gastos de un solo viaje, y se encarga de redistribuir automáticamente la parte que corresponde cada uno.

Los políticos de Ayuntamientos como el de Madrid, no se dan cuenta de esto, sino que han adoptado la ideología progre-cochefóbica (odian el coche), y persiguen su uso a toda costa.
Con este pensamiento simplista, resulta que, queriendo mejorar Madrid, acaban perjudicando a los madrileños, y dificultándoles ir al trabajo cada día; una actividad imprescindible para la mayoría de las personas que les votan, y que pagan sus sueldos a base de impuestos.

Los políticos se han de dar cuenta de que el problema de la ciudad no es el coche, sino la forma tan poco eficiente en que lo estamos usando, con una ocupación media de 1,1 personas por viaje.

El coche solo es una herramienta (como un cuchillo, con el que un cirujano te puede salvar la vida, pero un asesino te puede matar).
Lo que nos conviene a todos, es utilizar mejor los coches.

No podemos simplemente prohibirlos, porque las ciudades cada vez son más grandes y, dependiendo de donde vivas y de donde trabajes, el transporte público no es igual de eficaz para todos.
Es indudable que hay personas que necesitan ir al trabajo en coche. El verdadero problema, es la falta de eficiencia en el uso de recursos valiosos (como los medios de transporte, el espacio urbano, la energía y el aire limpio), que se produce cuando cada coche (de 5 plazas) lleva una sola persona.

Por ejemplo, ir a trabajar de Usera a Las Tablas, son 70 minutos en metro y solo 20 minutos en coche (OJO, de lunes a jueves) . Pero si cada uno va en su coche, y vamos todos a la vez (como ocurre para volver a casa los viernes a medio día), se forma el atasco y el mismo trayecto de 20 minutos, se convierte en una hora, o en una hora y media. 
Y además, cada vez que se produce un atasco, el coche consume y contamina un 80% más.

Trabajadores de Madrid:
Ya que los políticos están confundidos y no miran por nosotros… ¡Organicémonos, ahorremos gastos, y acabemos con el atasco del viernes y con los problemas de la hora punta, del aparcamiento, y de la contaminación!
¡Vayamos todos al trabajo en la mitad de coches, aprovechando mejor nuestros asientos libres!

Si quieres usar en tu ciudad la app DedoCar ¡Apúntate aquí!

Tecnología cívica para solucionar los retos urbanos

Totalmente de acuerdo con este artículo de Antoni Gutierrez Rubi:

Hemos de percibir los entornos urbanos, no tanto como escenarios para probar nuevas tecnologías, sino como el escenario por antonomasia, para probar las nuevas soluciones que permite la tecnología, para los problemas de la ciudad; que se deben al hecho de concentrar cada vez más población.

Sobre todo, hemos de mitigar los problemas relacionados con la movilidad. A medida que las distancias y los tiempos de desplazamiento diario al trabajo son cada vez mayores, se emplean cada vez más recursos y energía, lo que provoca mayor escasez de espacio urbano y contaminación… entrando en un circulo vicioso, que es difícil de romper con las soluciones tradicionales (transporte público, bicicleta…).

La solución solo puede venir de combinar los elementos que menciona:

  • Los cambios sociales provocados por ideas como la economía colaborativa (para desplazarme, ya no necesito tener la propiedad exclusiva de un bien, como mi propio coche; sino que me basta con tener acceso cuando lo necesite a un medio que me lleve del punto A al punto B, preferiblemente aprovechando un asiento libre en un vehículo que ya esté yendo en esa dirección, para dividir entre varios los gastos del viaje en un solo coche, y que cientos de miles de personas no necesiten mover cada persona el suyo a diario),
  • Con tecnologías como las apps, que casi cualquiera puede crear gracias a Android, y que todos usamos en el smartphone que llevamos en el bolsillo.

Combinando ambas cosas, podremos atacar los principales problemas urbanos: La contaminación, la falta de espacio y los atascos de tráfico en hora punta.
Más que como problemas individuales, hemos de verlos como distintos síntomas de un único mal común. En realidad todos vienen provocados por el uso tan poco eficiente que estamos haciendo de millones de nuestros coches. La mayoría de ellos llevan solo al conductor y desperdician 4 asientos libres en cada viaje; sumando el despilfarro colectivo de más de 4.000.000 al día en una ciudad del tamaño de Madrid (son más que las personas viajan en Metro y Autobús urbano juntas).

Muy pronto esperamos poner en marcha una plataforma tecnológica que traslade al entorno urbano el concepto de éxito ya comprobado por BlablaCar, de compartir los viajes en coche; y que facilite compartir también nuestros desplazamientos cotidianos (principalmente los millones de viajes al trabajo que se dan en la hora punta).

La plataforma se basa en una aplicación de móvil, que presenta y coordina a los viajeros compatibles sobre la marcha durante sus viajes, indicando al pasajero cuál es el primer coche que va a pasar por donde él está y lleva su misma dirección, y señalado al conductor donde puede ir recogiendo y entregando pasajeros a lo largo de su ruta, mientras va de camino al trabajo o estudios, o de vuelta a casa.

La app se lo pone a ambos muy fácil, porque (menos conducir) hace todo por ellos, incluyendo el reparto equitativo de los gastos del viaje compartido.

Con esta tecnología cívica, el ciudadano incrementa sus relaciones sociales, deja de ser un simple consumidor individual de automóviles y gasolina, y se vuelve empoderado de ofrecer a la comunidad sus plazas de transporte vacantes, en pos de una movilidad más eficiente y sostenible, que conseguirá retirar el tráfico muchos coches infrautilizados, para que todos vivamos mejor en la ciudad.

¿Qué es más barato: Taxi, Uber o Cabify? La pregunta tiene trampa

Dos comentarios al artículo de Invertia sobre las conclusiones del comparador de precios de «taxis» Chipi

  1. Sobre que Uber y Cabify multipliquen el precio según la demanda

  2. Sobre los pretendidos ahorros de elegir uno u otro tipo de «taxi»

 

El factor multiplicador del precio de Uber en los momentos de gran demanda, tenía todo el sentido en la modalidad “UberPop”, (donde los conductores no eran profesionales, sino gente que sacaba su coche particular).
Esto conseguía animar a más personas en paro a hacer de taxista en las horas punta de la demanda (las de ir y volver del trabajo, o a la entrada y salida de ciertos eventos deportivos).
Se trataba (o eso decían entonces) de ayudar a resolver un problema social: Que en esos momentos puntuales, las plazas de transporte ofertadas por los medios de transporte tradicionales, no son suficientes.

Pero ahora que los conductores de Uber son un número limitado de profesionales con licencia VTC, me temo que cobrar más en las horas punta, tan solo sirve para aumentar los beneficios de la plataforma, aprovechándose de que en esos momentos hay gente con necesidad de viajar, que está dispuesta a pagar más.

Naturalmente, Chipi tiene que “vender su moto”. Pero esa cuenta de ahorros es irreal. Por el sencillo motivo que dudo que haya muchos “usuarios habituales” de estos servicios.
Para ahorrar estas cantidades tendrían que coger un taxi dos veces al día; y las personas que tenemos que ir al trabajo y volver a casa a diario rara vez vamos en taxi, porque no nos podemos permitir pagar dos taxis al día (ni tampoco alquilar un coche por horas).
A estas personas les trae más cuenta usar su coche particular (para no pagar el extracoste del sueldo del taxista, ni los beneficios de la empresa).

Conclusión:

Es cierto que en la práctica se pueden llegar a ahorrar cantidades de gastos similares.
Pero tan solo aprovechando bien los viajes de tu coche, para llevar en los asientos libres a otras personas que van en la misma dirección, y compartir con ellas los gastos del viaje.
O (mejor todavía) dejando el coche en casa y que sea otro el que te lleve en el suyo, porque vas casi con la comodidad del taxi, a precio de autobús.

Es la misma filosofía de compartir los viajes interurbanos de BlablaCar, pero aplicada a nuestros viajes cotidianos por la ciudad, gracias a una app de auto-stop como DedoCar, que te pone muy fácil ahorrar tiempo, gastos, atascos de tráfico, problemas de aparcamiento y contaminación.

Conclusiones prácticas para mejorar la movilidad en la Comunidad de Madrid

Complementando los datos de la Comunidad de Madrid sobre los desplazamientos residencia-trabajo, con datos de otras fuentes, como los obtenidos por Rastreator y DedoCar, proponemos una nueva forma de solucionar los problemas de muchos madrileños:

Ayudarles a ahorrar tiempo y gastos, compartiendo los asientos libres que desperdician sus coches.

En el Atlas de la movilidad residencia-trabajo, la Comunidad de Madrid publica datos muy interesantes sobre cómo nos movemos los madrileños en nuestros desplazamientos diarios para ir al trabajo y volver a casa. Es un estudio riguroso, del que remarcamos lo que más nos ha llamado la atención.

Casi nadie trabaja donde vive (Getafe)

Muy poca gente tiene la suerte de contar con un puesto de trabajo en su localidad de residencia (tan solo los representados en la zona marrón en el centro del gráfico, que en este caso es de Getafe). Por el contrario son muchos más los que han de salir de su municipio de residencia (los representados en las zonas azuladas), mientras que otros tantos entran en él para acceder a su puesto de trabajo (las zonas anaranjadas).

Desgraciadamente para la mayoría, casi nadie trabaja donde vive, y somos muchos los que nos vemos obligados a realizar desplazamientos considerables a diario.

Además de los desplazamientos en Madrid capital, hay muchísimas personas que se desplazan diariamente desde y hacia la periferia. Estos desplazamientos no solo afectan a municipios de toda la Comunidad de Madrid, sino que incluyen zonas de las provincias de Guadalajara y Toledo.

Nº Trabajadores por distancia

Naturalmente, quienes permanecen en su municipio, realizan desplazamientos más cortos que los que han de ir a otras localidades. Pero el caso es que unas 600.000 personas recorremos distancias que van desde los 10 a los 20 Km, en cada uno de nuestros viajes diarios (de ida al trabajo y vuelta).

Los datos oficiales acaban aquí. Nos indican la magnitud del problema, pero no nos permiten atisbar posibles soluciones. Para ello, necesitamos complementarlos con información procedente de otras fuentes.

En DedoCar hemos creado un formulario (Gracias, Google) con el que animamos a las propias personas interesadas en mejorar su movilidad, a indicarnos cuál es el motivo de su viaje, por qué medios se desplazan actualmente, y cuanto tiempo pierden cada día, Este pequeño estudio casero no tiene ni el tamaño muestral, ni el rigor científico de las encuestas y los datos oficiales; pero va mucho más «al grano» y nos permite obtener conclusiones interesantes, que apuntan hacia una posible solución para mejorar le eficiencia de nuestros desplazamientos y reducir nuestros actuales problemas.

¿Qué hemos descubierto?

Motivo del viaje 2

Como era previsible, la inmensa mayoría de sus desplazamientos son por motivos de trabajo, seguidos por los estudios.

Cuanto tardas 2

Más de la mitad de las personas que han colaborado, pierden más de una hora al día en sus desplazamientos.

Combinando el medio de transporte, con el tiempo empleado; resulta que más del 60% de los que van en coche tardan menos de 1 hora; mientras que el 80% de los que encadenan varios medios de transporte público tardan más de 1 hora.

Esto explicaría por qué tantas personas utilizan el coche en sus desplazamientos.

Como vas 2

Más de la mitad utilizan los distintos medios de transporte público, pero el medio de transporte más usado es el coche particular, resultado que un 37% de estas personas van solas en su propio coche.

Este dato, confirmado porque el Ayuntamiento de Madrid en su Plan de Movilidad Urbana Sostenible, estima que la ocupación media de los coches está entre 1,1 y 1,2 personas por coche (4 de cada 5 solo llevan al conductor),  es extraordinariamente relevante para la búsqueda de soluciones.

Puesto que la mayoría de los coches son de cinco plazas, estaríamos hablando de que los coches que circulan por Madrid desperdician entre cuatro y ocho millones de asientos libres al día. Para tener una idea de la magnitud de este despilfarro, contaremos las personas transportadas en metro y autobús urbano, y veremos que tan solo suman tres millones y medio.

¿Podríamos aprovechar esta multitud de asientos libres para llevar a otras personas (además del conductor), y mover menos coches?

Creemos que definitivamente sí, por cuatro motivos:

  • Hay corredores bien definidos, que recogen la mayoría de los desplazamientos entre los distintos municipios.

Hay decenas de miles de personas yendo en la misma dirección, y muchos de ellos van uno detrás de otro, cada uno en su propio coche, aunque podrían compartir asientos libres, para no tener que mover tantos coches al día.

Flujos Intermunicipales

  • Por la distribución horaria de los desplazamientos.

La mayoría de los desplazamientos se producen en las horas de entrar y salir del trabajo, que es cuando más problemas tenemos todos para movernos.

Realmente necesitamos aprovechar mejor los medios disponibles, porque en hora punta la demanda supera la capacidad de las vías de circulación y la de los medios de transporte. Es cuando las carreteras se colapsan con los habituales atascos de tráfico. También faltan plazas en los medios de transporte colectivo, y faltan taxis o vehículos de alquiler. Al tratarse de una demanda muy irregular, resultaría anti-económico poner más medios, porque durante el resto del día estarían vacantes o circularían infrautilizados.

La paradoja es que, en los momentos en que más personas tienen necesidad de moverse, es justo cuando más asientos libres de coche estarían disponibles para compartir, y actualmente se están desperdiciando.

  • Por el auge de la economía colaborativa.

Muchas personas están deseando compartir coche para ahorrarse gastos y problemas.

Desde hace años, hay estudios que lo indican, como los del Real Automóvil Club de Cataluña sobre el tráfico en los corredores de acceso a Barcelona (que entrevistaban a pie de calle a los conductores víctimas de atascos de tráfico), o la más reciente encuesta de Rastreator (de Noviembre de 2017) que indica que «seis de cada diez españoles compartiría coche a diario para ahorrar».

  • Porque la tecnología ahora lo permite

En pleno siglo XXI prácticamente todos llevamos un teléfono inteligente, y proliferan las aplicaciones de móvil para los más variados propósitos.

Ya existen plataformas tecnológicas como BlablaCar, que ayudan a compartir coche en desplazamientos interurbanos más o menos esporádicos. Solo necesitamos adaptarlas para que nos ayuden a optimizar nuestros recorridos urbanos habituales para ir al trabajo

Si la solución es tan evidente, ¿por qué no se están compartiendo ya los viajes al trabajo?

Como hemos visto, se dan todas las condiciones para ello, salvo una:

Las personas que podrían compartir sus viajes al trabajo, no se conocen entre sí.

Vemos mucha gente que se mueve a la vez que nosotros, pero no sabemos a donde va cada uno. Muchos queremos compartir nuestros viajes, pero nos falta un medio de coordinación.

Por eso, en DedoCar estamos creando una app que nos pone muy fácil compartir los viajes al trabajo, presentando mutuamente al pasajero y al conductor que llevan (aproximadamente) el mismo camino, guiando al conductor a donde puede recoger y entregar a cada uno de los pasajeros con que llenar sus asientos libres, mientras va de camino al trabajo (o de vuelta a casa), y repartiendo equitativamente entre ellos los gastos del viaje (cuantos más van juntos, más ahorra cada uno de ellos).

En resumen:

En el propio problema (usar demasiados coches infrautilizados para llevar a los que no quieren perder tanto tiempo en ir al trabajo), podría estar la solución (aprovechar los asientos libres para llevar a los que van en la misma dirección, compartiendo sus viajes para mover menos coches).

Solo nos falta un medio de coordinación de viajeros, como una app en los teléfonos móviles de los pasajeros y los conductores, que les indique quienes son compatibles para ir juntos en un solo coche.

Aprovechando mejor los medios disponibles, y dejando de ir cada uno en su propio coche, no solo ahorraremos tiempo y  gastos de viaje, sino que evitaremos problemas de aparcamiento, contaminación y atascos de tráfico, y todos viviremos mejor en la ciudad.

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